La dramática situación que viven los estados del Norte por la sequía, obliga no sólo a las autoridades a aplicar medidas extremas para solucionarla, sino también a la ciudadanía.
La Laguna es una de las regiones que más afectadas se vio el año pasado por la falta de disponibilidad de agua y la consecuente muerte de reses.
Aunque recientemente la Comisión Nacional del Agua clausuró norias irregulares en Coahuila por el problema de la sequía, faltan más acciones pero no sólo en este rubro, sino en el cuidado del agua potable.
Las inversiones para mejorar la distribución del agua en las ciudades son buenas, sin embargo, el desperdicio del líquido representa una alerta que pocos toman en cuenta.
Cobrar más por el servicio de poco sirve, las acciones necesarias que debe aplicar la autoridad es la de concienciar a la gente y multar a quien haga mal uso del agua sin distinción.
Existen infinidad de proyectos para el aprovechamiento y cuidado del agua en la región, pero pocos se llevan a cabo.
La región lagunera requiere que los tres órdenes de Gobierno inyecten más recursos en sus presupuestos para preservar el agua potable y aminorar los efectos causados por la sequía. Esto debe ser una prioridad, ya que sin agua no hay vida.
Hace un par de días se informó que La Laguna de Durango podría tener un programa parecido al de Agua Futura que se aplica en la capital para garantizar el abasto de agua potable y que el líquido que se utilizará con este propósito provendrá de las presas laguneras. Estas noticias alarman ya que deja ver dos problemas: que hay poco agua potable y que la que existe no es muy apta para el consumo humano.
Ojalá y aprovechando que este es año electoral, los políticos que obtengan un puesto en el Senado busquen la manera par que los proyectos que están en el tintero se apliquen y sobre todo que se agilicen, porque el tiempo ya no es el peor enemigo, ya que éste se nos vino encima.
