El historiador mexicano reprochó el que autoridades capitalinas monten carpas y pistas de hielo. (EL UNIVERSAL)
Convencido de que la Ciudad de México ha sobrevivido contra viento y marea, el connotado historiador mexicano Miguel León-Portilla (1926) criticó hoy aquí la pista de hielo que se encuentra en el Zócalo capitalino, al asegurar que éste es el corazón de esta ciudad y no un circo.
Durante la presentación del libro "1554 México 2012", en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, con el cual se rinde un homenaje al escritor Francisco Cervantes de Salazar (1514-1575), León-Portilla pidió respeto para esta ciudad a la que calificó de “inmortal, porque ha estado varias veces a punto de sucumbir”.
Acompañado por la cronista Ángeles González Gamio, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma y el escritor Vicente Quirarte, León-Portilla, autoridad principal en materia del pensamiento y la literatura náhuatl, habló sobre las virtudes y defectos de esta ciudad, al tiempo que hizo un breve recorrido histórico por la llamada “Ciudad de los Palacios”.
Tras rememorar cómo fue que llegó a ser cronista en la década de los 70 y relatar su pasión por la cultura Mexica y cómo fue que nació esta gran metrópoli, el historiador mexicano reprochó el que autoridades capitalinas monten carpas y pistas de hielo.
“Es el corazón de la ciudad. Por eso digo que no deberían de permitir poner ni carpas ni nada; ni pistas de hielo, nada de eso, es el corazón de la ciudad no un circo”, insistió el investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, al tiempo que destacó que esta ciudad “ha existido contra viento y marea”.
La ciudad sobrevive, dijo, muchas veces, contra las autoridades que tiene o sus habitantes.
En su oportunidad, cada uno de los ponentes habló sobre esta obra en la que se le rinde un homenaje a Francisco Cervantes de Salazar, quien es autor de la primera crónica de la "Muy Noble, Insigne y Leal Ciudad de México", declarada así por Cédula Real del 4 de julio de 1548.
Recordaron que Cervantes de Salazar emprendió un recorrido en las calles de una nueva ciudad, luego de la caída de la gran Tenochtitlán, quedando asombrado por la ciencia y la paciencia con las cuales el mestizaje emprendió su inevitable evolución.
Expresaron que después de más de cuatro siglos sigue existiendo un método similar en el que se continúan trazando las rutas del ilustre humanista, para leer el espacio contemporáneo, de manera sincrónica y diacrónica.
Al respecto, Vicente Quirarte detalló cómo fue que se originó la presente publicación, al afirmar que “quisimos hacer un libro sobre lo que más nos apasiona y nos ha marcado a través del tiempo”.
Comentó que Ángeles González Gamio les recomendó poner a la citada obra, “algunas viñetas” y reveló no haberle gustado.
“Pensamos que el libro debería ser un libro de arte, pero también que debería ser leído. Y Rafael Guízar nos llevó a su estudio y vimos en la publicación que a través de su pincel, su visión sobre la ciudad, lo cual me dejó sorprendido”, dijo.
Por su parte, Eduardo Matos comentó que hace un par de años, la UNAM publicó un par de relatos sobre Francisco Cervantes de Salazar, los cuales, dijo, en un principio, estaban escritos en latín.
Comentó que lo interesante de esos relatos es que en ellos se brindaba la imagen de la ciudad en el año de 1554.
“Pero lo que llamó mi atención es que esa ciudad que nos relataban, que se hacia un recorrido de la propia ciudad, en donde Cervantes de Salazar lo hizo a caballo, desembocando hasta lo que hoy es el Zócalo y en donde describen todo lo que había en esa época, del Primer cuadro de la ciudad comenzando por la pequeña catedral que existía y que años más tarde fue derribada para dar paso a la actual Catedral Metropolitana”, mencionó.
El punto de partida del libro "1554 México 2012" es la Plaza Tolsá, en el invierno de 2010, donde los escritores realizan una adaptación de los personajes de Cervantes de Salazar y hacen que el lector se convierta en un caminante que los acompañará, corregirá y escuchará en su recorrido, para andar por los senderos de la ciudad con el amor y el desinterés del callejero profesional.
Basados en el diálogo con el que Cervantes de Salazar construyó su obra, los autores recorren con parsimonia las calles, deteniéndose en los puntos históricos para alzar la vista y la voz y dar cuenta de hechos e historias, presentando como protagonistas a los monumentos y sus creadores, como es el caso de la escultura ecuestre de Carlos IV.
También se adentran en los edificios, donde están las historias de los hombres y mujeres, protagonistas de su tiempo, cuyas acciones son descritas con singular agilidad, lo que da como resultado un fascinante paseo por la historia.
