Como cada año, les escribo mi carta con la lista de deseos que me gustaría me hicieran realidad en esta ocasión
Yo sé que como siempre, la demanda de deseos y regalos es generalmente superior a la oferta, pero estoy seguro de que al menos alguna de mis solicitudes podrá ser satisfecha, lo cual les agradeceré mucho. Como seguramente saben, la Unión Europea vive la peor crisis económica en su corta historia.
El problema de deuda soberana y la enorme fragilidad de su sistema financiero produjeron serias turbulencias en el resto del mundo durante 2011. Varios países han tenido que adoptar draconianos programas de austeridad, empujándolos a una recesión. De hecho, las previsiones de crecimiento para este año en esa región del mundo no superan el 1% en el mejor de los casos. Los niveles de incertidumbre son muy altos y los riesgos y peligros también. A pesar de que las responsables calificadoras les han llamado seriamente la atención, tanto a gobiernos como a bancos, los políticos y autoridades de estos países parecen que no quieren entender y enmendar el camino. Es por eso que recurro a ustedes para que suplanten al otro trío (el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea) y apliquen su sabiduría para encontrar la "solución final" que ayude a resolver su problema de manera ordenada, reducir la volatilidad en los mercados y a mitigar el impacto negativo en el resto del mundo.
También seguramente saben que Estados Unidos no está en mejor posición. Después de haber sido el epicentro de la primera gran crisis económica y financiera mundial del siglo XXI, tampoco han logrado encontrar la medicina adecuada para acelerar su recuperación. Los niveles de endeudamiento de las familias y las empresas aún son altos, por lo que poco contribuyen a esta recuperación. A pesar de que su crecimiento económico parece que cerró mejor a lo esperado este 2011, se espera una desaceleración para 2012 y las previsiones oscilan entre 1.5% y 2.5%. Un serio problema sin duda lo constituye su alto nivel de desempleo y las expectativas para los próximos meses son aún oscuras. El otro gran problema es su situación fiscal, pero su relevancia temporal es tema de fuerte y acalorado debate entre académicos y políticos. Para terminar de complicar el escenario, 2012 es un año electoral en ese país y sabemos que esto suele conducir a combinaciones indeseables. Sin abusar de ustedes, al menos les pido que eliminen la tentación de los políticos durante la campaña de tomar decisiones económicas reales y efectivas que sean sólo electoreras.
Como sabrán, la economía mexicana se encuentra estrechamente ligada a la de ese país, y lo bueno o malo que ocurra en su economía termina afectándonos.
También les comento que como consecuencia del comportamiento económico del mundo desarrollado, las expectativas de crecimiento de las economías emergentes y en desarrollo han tenido que ser ajustadas a la baja. Se estima que en 2011 crecieron un 6.4% y se espera que este año lo hagan en 5.1%. Todo parece indicar que los BRICS están perdiendo vapor y eso me preocupa porque sólo China contribuye con aproximadamente dos quintas partes del crecimiento mundial. De hecho, este país tiene serias contradicciones económicas internas y si no logra encontrar la manera de resolverlas adecuadamente, el impacto en el crecimiento mundial será importante.
Finalmente, mi lista de deseos sobre México es muy amplia y no quiero fastidiarlos en un día en el que seguramente tendrán mucho trabajo. Afortunadamente sé que ustedes son asiduos lectores de mi columna por lo que conocen perfectamente mis preocupaciones. Sabemos que México ha registrado una tasa de crecimiento raquítica desde hace muchos años, muy alejada de lo que se requiere de acuerdo a las necesidades de una población que aún crece a tasas no despreciables y cuya población en edad de trabajar se acerca aceleradamente a su máximo nivel. En la literatura a este fenómeno se le llama "bono demográfico", pero en nuestro caso puede ser una "tragedia demográfica". Aproximadamente el 40% de la economía podría encontrarse en su denominación "informal". La oferta de empleos no ha crecido a los ritmos requeridos y mucho del empleo existente es de baja calidad e ingreso. Los niveles de pobreza son aún muy altos y la desigualdad en la distribución del ingreso nos mantiene aún lejos de lo que sería deseable para un país que aspira algún día a ser "desarrollado". Es cierto que nuestro mercado interno mostró mayor dinamismo al cierre de 2011, pero no lo suficiente para pensar que tenemos una estructura económica balanceada.
Queridos Santos Reyes, para complicar más las cosas, 2012 es un año electoral importante en nuestro país. Como ya lo he mencionado, esto suele venir acompañado de situaciones poco deseables para la economía. No quiero ser abusivo, pero en esta ocasión les pido que les den a nuestros políticos y candidatos sabiduría, prudencia, objetividad, honestidad y sobre todo humildad. Les aseguro que el incienso y la mirra no les ayudarán de mucho (mejor no hablo del oro). Sé que les pido mucho, pero créanme que es muy importante para mí y para la mayoría de los mexicanos. Si de plano esto no es posible, al menos manténgalos durante la campaña alejados de las decisiones económicas importantes para este 2012. ¡Prometo que me portaré bien todo el año!
Investigador del CIDE
Twitter: @favillagomez