Violencia. Personas que perdieron a un familiar en un hecho de violencia o que se encuentra desaparecido, buscan asesoría para afrontar su situación.
Aunque se considera que en Durango ha disminuido la violencia con relación al año pasado, las secuelas de este fenómeno persisten, lo que se refleja en el número de personas que buscan apoyo.
La coordinadora de la Comisión de Atención a Familiares de Víctimas de la Violencia, María Ismelda Flores Morales, informó que desde que se creó este organismo, en mayo de 2011, el trabajo ha ido en aumento debido a que con el tiempo, las personas van perdiendo la esperanza de que su familiar regrese y requieren apoyo para realizar trámites y superar la pérdida.
En este sentido, informó que durante los últimos meses ha habido un aumento del 30 por ciento en el número de personas que acuden a esta instancia en la búsqueda de apoyo.
Desde su creación, hace más de un año, la Comisión ha atendido a 822 personas en las áreas jurídica, psicológica y médica, principalmente. Esto, a decir de la entrevistada, se debe a que las personas, al ver que su familiar no regresó después de algún tiempo, requieren hacer los trámites legales para disponer de los bienes que eran propiedad del desaparecido o para exigir las prestaciones que su familiar tenía.
Diariamente, acuden entre 10 y 12 personas, entre nuevos casos y quienes ya están en proceso de atención.
En este sentido, la informante refirió que se tiene un registro de 327 familias atendidas y hay ocasiones en las que acuden a recibir apoyo hasta seis integrantes por lo que se han creado grupos, para una mejor atención.
El primer paso para que las personas inicien el juicio de presunción de muerte para poder reclamar bienes y prestaciones, es contar con una denuncia, por lo que los tienen que sensibilizar para que la presenten, labor en la que se cuenta con el apoyo de la Fiscalía General del Estado.
Esto, a decir de la coordinadora de la Comisión de Atención a Familiares de Víctimas de la Violencia, es complejo ya que la situación por la que atravesaron deja en estas personas un sentimiento de desconfianza en las autoridades. Sin embargo, conforme se va avanzando en el trámite, adquieren una mayor confianza.
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José antonio rodríguez / El Siglo de Durango