Altruista. La ginecobstetra María de la Luz Martínez Hernández ha contribuido a mejorar la calidad de vida de los laguneros, a través de diversas campañas preventivas de salud. Otro de sus objetivos es ayudar a las mujeres a desarrollarse profesionalmente.
Gracias al trabajo altruista de la ginecobstetra, María de la Luz Martínez Hernández, muchas personas, sobre todo mujeres y niños, tienen una mejor salud.
Desde hace 25 años, la doctora se dedica a realizar campañas preventivas de diversas enfermedades como el cáncer de mama y cérvico-uterino, y también ayudó a que 20 planteles de Educación Básica cuenten ahora con desayunadores escolares.
María de la Luz tiene como prioridad ayudar a que otras mujeres se desarrollen profesionalmente, pues cuando terminó la carrera de Medicina e intentó realizar su especialización en ginecología, enfrentó muchos obstáculos.
Presentó el examen de Residencias y obtuvo excelentes calificaciones, pero al acudir a solicitar la plaza en el hospital correspondiente alcanzó a escuchar que el director la descalificó por el hecho de ser una doctora casada y con hijos.
"Las solicitudes que estaba analizando el director eran de hijos de empresarios y cuando llegan conmigo dice 'esta mujercita qué, es mujer tacha, está casada tacha, tiene hijos tacha', y otro doctor el dijo 'pero mira sus calificaciones' y el director insistió 'no, tiene muchas tachas', entonces decidí luchar por mis derechos".
María de la Luz tenía las mejores calificaciones a nivel nacional, así que acudió con diputados locales y federales para pelear su plaza en ese hospital, "y no pedí favores, sólo exigí respetar mis derechos".
Entonces la doctora comenzó a integrarse a diversas asociaciones civiles, y ya tenía experiencia porque cuando estudió en la Facultad de Medicina creó una asociación de estudiantes mujeres, precisamente porque sus compañeros no las dejaban participar en la vida política del plantel.
Cuando finalmente terminó su especialidad en ginecología, se fue a vivir un tiempo a Estados Unidos y al regresar a México para buscar trabajo también se encontró con muchos obstáculos por el hecho de ser mujer.
"Había una asociación internacional y nacional de mujeres médicas y me decidí a formarla en la Comarca Lagunera, porque había muchas doctoras que salían de la Facultad de Medicina pero no podían entrar a una especialidad porque es muy demandante, requiere de muchas horas de trabajo, y las que son casadas o mamás no se animan".
La asociación buscó que las mujeres que terminaban su carrera de Medicina no se quedaran de amas de casa sino que siguieran trabajando, pues podían convertirse en patólogas, trabajar en el laboratorio, en áreas administrativas de un hospital, en cuestiones de salud pública y otras áreas donde no necesitaban una especialidad.
"Le conseguimos trabajo a muchas doctoras para que siguieran adelante y no se perdiera su educación. Después formé un Club de Leones de puras mujeres, y tiempo después fundé el Club Rotario Centenario, también de puras mujeres".
El Club Rotario Centenario tiene cinco años de trabajo y es un grupo integrado por mujeres con diferentes profesiones que se distinguen por su trabajo y nivel de competitividad.
Han realizado infinidad de labores altruistas como la compra de tres mastógrafos que entregaron al Hospital Universitario de Torreón, al Hospital General de San Pedro, y al Hospital General de Matamoros.
Después el Club Rotario Centenario comenzó a realizar campañas de salud para las mujeres como la detección de cáncer de mama con el objetivo de que usaran los mastógrafos donados en los diferentes hospitales.
Luego se realizó la detección de cáncer cérvico-uterino, donde se percataron de la poca cultura de las mujeres para cuidar su salud.
Cuando salió la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano, el Club Rotario Centenario obtuvo un precio especial directamente de los laboratorios para comenzar a vacunar a las mujeres y prevenir el cáncer cérvico-uterino.
Al inicio, la vacuna costaba tres mil pesos y cada mujer necesita tres dosis. El Club Rotario Centenario la aplicó en mil pesos cada una, y fue uno de los principales promotores para que la Secretaría de Salud la incluyera en la cartilla de vacunación.
"Como doctora siempre ando viendo cuáles son los problemas de salud de la comunidad. Comenzamos a preocuparnos por la obesidad infantil y visitamos escuelas del área rural y de la periferia".
A través de un convenio con la Secretaría de Salud de Coahuila, el club logró eliminar la comida chatarra de las tienditas de varias escuelas de Educación Básica, "y a cambio nosotros les ayudamos a instalar un desayunador escolar con la dotación de equipo, el cual es muy caro".
María de la Luz explica que el gobierno tiene recursos para aportar los alimentos pero no para comprar el comedor o cocina industrial necesarios. Entonces, el club solicitó apoyo de Rotarios de Estados Unidos.
"Fui a Estados Unidos y logramos instalar 20 desayunadores escolares en Torreón, San Pedro, Matamoros y Viesca, incluso uno muy cercano a Cuatro Ciénegas. Todos están funcionando y cada seis meses realizamos una inspección".
Esa acción permitió a casi ocho mil niños que tuvieran desayunos todos los días, pero en muchas comunidades ejidales las cocinas se aprovechan para preparar un poco más de alimento para darles a los adultos mayores en abandono.
Los mismos niños de las escuelas se encargan de llevarles los alimentos a los adultos mayores, "eso es muy gratificante porque sé que el trabajo que he hecho está rindiendo frutos".
Además el Club Rotario Centenario ha realizado por lo menos diez campañas de densitometrías óseas en el Hospital Universitario, y consigue los medicamentos a bajo costo.
María de la Luz dice que su espíritu altruista lo heredó de su abuelo, Pascual Hernández, quien era un ingeniero minero pero se dio cuenta que había muchas carencias de salud y estudió medicina homeopática en el Politécnico Nacional.
"Abrió su consultorio en Lerdo y atendía a muchísima gente, y siempre me decía que tenía que estudiar medicina porque las personas necesitaban mucha ayuda para curarse, además mi mamá, Dora, siempre perteneció a muchísimas asociaciones civiles para ayudar a la gente".
Desde niña, María de la Luz siempre estuvo involucrada en actividades para ayudar a quienes menos tienen, y sobre todo a organizar grupos de personas para juntar recursos económicos.
"Es mucho trabajo porque tener un grupo requiere de mucho tiempo. La gente no se convence si no ve la necesidad, así que es necesario realizar campañas de sensibilización".
Uno de los últimos trabajos donde se involucró María de la Luz fue en la construcción del Centro de Oftalmología del Hospital Universitario de Torreón. El Club Rotario Centenario juntó dos millones de pesos para esta obra.
"En el hospital hay muchas personas con problemas de ceguera o cataratas, que necesitan un trasplante, niños con enfermedades congénitas, y sólo había dos oftalmólogos que daban un servicio muy limitado porque no había la infraestructura".
El Club Rotario Centenario acondicionó un área para el Centro de Oftalmología, y realizaron diversas actividades para recaudar fondos, "ya está terminado y cuenta con 5 consultorios, pero aún no funcionan los quirófanos porque hace falta equipo pero ya lo estamos adquiriendo y pronto serán inaugurados".
María de la Luz dice que mientras tenga fuerza seguirá con este trabajo altruista, porque atender una necesidad social te lleva a descubrir otra y otra.
"Tengo 25 años dedicada a mi profesión y a las labores altruistas dentro de las organizaciones que he fundado, y hasta que mi salud me lo permita continuaré ayudando a las personas".
Labor social
Algunos datos sobre María de la Luz Martínez Hernández: ⇒ Desde hace 25 años, la doctora se dedica a realizar campañas preventivas de diversas enfermedades como el cáncer de mama y cérvico-uterino, y también ayudó a que 20 planteles de Educación Básica cuenten ahora con desayunadores escolares.
⇒ Uno de los últimos trabajos donde se involucró María de la Luz fue en la construcción del Centro de Oftalmología del Hospital Universitario de Torreón. El Club Rotario Centenario juntó dos millones de pesos para esta obra.
⇒ Tiene como prioridad ayudar a que otras mujeres se desarrollen profesionalmente, pues cuando terminó la carrera de Medicina e intentó realizar su especialización en ginecología, enfrentó muchos obstáculos.