EFE
Imagen facilitada por el Museo Nacional de Historia de Sofía del cadáver encontrado con un grupo de arqueólogos en la pequeña ciudad búlgara de Sozopol, a orillas del Mar Negro, que fue enterrado con un objeto de metal clavado en el pecho, una costumbre que se seguía en la Edad Media en esta región bajo la creencia de que así, el peso del metal presionaba al muerto y no le permitiría levantarse y vagar por la noche bebiendo la sangre de la gente.