Deuda. Expertos en el área de finanzas personales dan algunos consejos sobre cuándo es conveniente o no contratar una deuda, ya sea en el hogar, en la empresa y dentro de un Gobierno.
"La Planificación a largo plazo no es pensar en decisiones
Futuras, sino en el futuro de
Las decisiones presentes."
Peter Ferdinand Drucker
No es necesario ser economista o especialista financiero para saber cuándo es bueno contratar deuda y cuándo no. La deuda cuando es contratada para un objetivo en lo particular, cuando es planificada, cuando se conoce a ciencia cierta la capacidad de endeudamiento que tenemos y por ende, la capacidad de pago con la que se cuenta, será una opción viable para generar riqueza, mejorar calidad de vida y para cumplir con ese objetivo en la particular.
Siempre hay que tomar en consideración el beneficio que se va a obtener al contratar un crédito, y si este beneficio es mayor tanto en costo como en duración al costo propio de la deuda o el crédito evidentemente será una buena opción.
La contratación de crédito es piedra angular en el desarrollo de cualquier proyecto, ya sea familiar, empresarial, o incluso de gobierno, generando certeza, patrimonio, trabajo y riqueza, de ahí la importancia de contratar con responsabilidad y honestidad cualquier tipo de crédito. Ya habíamos comentado de las consecuencias legales que se pueden generar cuando se contrata o solicita un crédito con información falsa, comprobantes falsificados e incluso con identificaciones falsas.
Si tuviéramos que elaborar un manual de lo que no se debe hacer al momento de contratar un crédito, forzosamente tendríamos que voltear a ver el caso de la deuda en Coahuila.
Parte de esa deuda, aproximadamente cinco mil trescientos millones de pesos (5,300,000,000.00) , de los más de treinta y cuatro mil millones de pesos(34,000,000,000.00) contratadas, se hicieron de la forma mas burda, incorrecta e ilegal, por decir lo mínimo.
Se contrató con documentación falsa, sin tener definido para qué se iba a emplear dicha deuda, sin tomar en consideración la capacidad de endeudamiento del estado, y por ende, sin conocer la capacidad de pago de la misma, tan lo fue así, que se tuvo que restructurar dicha deuda a más de veinte años para poder afrontar dichos compromisos. Nunca se supo, si el beneficio de esa deuda lo fue mayor a las consecuencias que generó la misma, y probablemente es que no lo será.
Coahuila pasó de la calificación A+ (alta calidad crediticia, perspectiva positiva) a BBB- (calidad crediticia buena, perspectiva negativa) luego de que se diera a conocer que se adeudaban más de 34 mil millones de pesos, que resultó sorpresivo para Fitch Ratings debido a que el estado manejaba públicamente un adeudo de ocho mil millones solamente. La calificadora internacional en la actualidad hace una evaluación de cómo quedó el refinanciamiento en el estado y cómo impactará el elevado endeudamiento al desarrollo económico en la entidad.
Lo que sí sabemos nosotros es cómo ya nos impactó, con aumentos estrepitosos en los impuestos estatales, con la invención de una tenencia estatal, con cobros exageradamente aumentados en servicios y derechos que nos proporciona el estado. Usted preguntará que en qué nos afecta la degradación a la calificación de nuestro Estado. La respuesta, sencilla, mayor garantías nos exigirán en el futuro cuando realmente se tenga la necesidad de contratar nuevos créditos, y la que nos afecta directamente a todos, un considerable aumento en la tasa de intereses con los que se pagará la deuda ya contratada, ya que hay que recordar, que mientras el riesgo de no pago sea mayor, mayores serán los intereses cobrados. Regla de oro en finanzas, "A mayor riesgo, mayor utilidad."
Le podría mencionar que con los $34,000,000,000.00 (muchos ceros para expresar 34 mil millones de pesos) se hubieran podido construir 140 mil casas de interés social, esto es, 140 mil familias coahuilenses tendrían casa propia, y así le pudiera dar un sinfín de ejemplos de obras e inversiones que se pudieron haber realizado.
Lo importante aquí es aprender, que los errores financieros que podamos cometer invariablemente tendrán consecuencias económicas, personales, empresariales y de gobierno, y si aparte mentimos y engañamos al momento de solicitar y obtener un crédito, se puede correr la misma suerte del ahora tristemente célebre exsecretario de finanzas del Estado.
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