Con motivo de la incertidumbre e inquietud de la crisis se ha polemizado entre los estudiosos y analistas posiciones encontradas en dos vías, una que muestra que el orden mundial vigente se enfrenta a problemas irresolubles que podrían poner en peligro la actual forma de vida, otros menos catastróficos argumentan que nuestra civilización ha vivido muchas crisis, no sólo financieras y económicas además de las guerras y se ha sobrevivido a unas y a otras.
En las circunstancias actuales en mi opinión, los resultados que se observan ponen de manifiesto que es poco probable que Estados Unidos recupere su posición de liderazgo absoluto que mantenía, ya que mientras la hegemonía norteamericana se desvanece, la alternativa inmediata sería Europa, que es una comunidad de democracias y sociedad civil mundial, sin embargo se encuentra buscando su propia sobrevivencia ante la situación económica que enfrenta a varios países por lo que quedaría Asia que tiene sus propias características y sobre todo su indefinición hacia la libertad individual y democrática.
En mi opinión el orden mundial se tiene que restablecer basado en la soberanía de los estados que a su vez requiere el liderazgo de un Estado soberano que sea lo bastante poderoso como para ocupar esa posición y sobre todo con una estatura moral y ética para prestar atención a los intereses comunes de un mundo independiente pero a su vez interconectado tecnológicamente.
Actualmente los países desarrollados a pesar del deterioro de alguno de ellos, adoptan una actitud condescendiente frente a los países en desarrollo pero esto comienza a cambiar al percatarse del potencial de los segundos, por ello se invita a las reuniones globales a los jefes de Estado del mundo en desarrollo aun cuando sus propuestas raramente son tomadas en cuenta; es tiempo de que los países en desarrollo realicen sus propias reuniones pero no solo para cambiar impresiones como se ha hecho últimamente, se requiere aprovechar la coyuntura mundial actual y lograr negociaciones que las favorezcan mutuamente.
China como apuntaba anteriormente no es una democracia y es difícil insertarla en acuerdos mundiales por sus propias políticas, va camino a convertirse en el líder mundial aun cuando su verdadero interés es no pertenecer a grupos democráticos y se cuida de continuar desarrollándose como potencia sin desafiar a otras mejorando su propio desarrollo.
Por otra parte la era del capitalismo o liberalismo ha impuesto su filosofía sin formularla es decir, sin reglas o plataforma definida de tal forma que su dominio equivale a un sistema totalitario que por el momento está incluido en la democracia, que es tolerado por la propia conveniencia en cada país, a pesar de que la idea de generar riqueza a costa de los demás es lo que impera. Esta amenaza carente de todo valor aparte de su aportación al desarrollo económico cada día se pone de manifiesto en los niveles de la escala social en el mundo, clase dominante polarizada sobre el resto que constituye una gran mayoría.
No es casual lo que estamos viviendo como una pendiente vertiginosa, las angustias del trabajo perdido se viven en las principales naciones y desde luego con mayor énfasis hacia la pobreza en ciudades desprotegidas; la marginación social, se acentúa y la escasez de puestos de trabajo es un hecho patente y oficialmente reconocido solo tenemos que ver, la manera en que los grupos llamados los inconforme se van manifestando espontáneamente; terminaría con una frase del investigador Homero Aridjis: "El aumento de la violencia el crecimiento de la pobreza y el deterioro del ambiente reafirman la certeza de que algo fundamental está fallando".
