Insisto en uno de mis artículos anteriores en el sentido de que las campañas de los candidatos presidenciales son lastimosamente desmotivantes, ninguno de los tres principales candidatos ha despertado en mí un verdadero interés en los grandes temas que se deben abordar en un verdadero plan convincente que permitan resolver nuestros problemas de fondo como nación.
Una particularidad que en mi concepto caracteriza los discursos de los candidatos a la Presidencia del país son las generalidades cuando se refieren a los múltiples problemas que tenemos, bien sea los temas relacionados con las diversas reformas estructurales que se requieren para dar un crecimiento sostenido, así como también el de seguridad, educación, empleo y el desarrollo en general; espero que cuando se den los debates podamos conocer con mas certeza un verdadero proyecto de la Nación que al que se comprometen los candidatos; algo que también soy escéptico por la forma en temas y tiempo que se han negociado y no podemos conocer a profundidad los planteamientos de los contendientes.
La combinación de políticas debe expresar con énfasis los objetivos prioritarios que cada candidato pueda plantear, tanto para mejorar la situación presente como generar condiciones más favorables para el futuro, ya que hasta la fecha las condiciones estructurales no propician un desarrollo con equidad y es frecuente que aumenta el número de personas subempleadas o que están en situación de pobreza con niveles precarios de empleo y remuneración y por lo mismo con acceso limitado a los sistemas de protección y servicio social.
Estamos saturados spots en los diferentes medios de comunicación al igual que "profundos análisis" de especialistas que al igual de tratarnos de explicar las encuestas que van dirigiendo o perfilando al posible ganador, en realidad no dudo puedan acertar en los momentos actuales, yo los tomo como indicios y además me gustaría conocer la seguridad en la lectura de dichas encuestas, me pregunto quién las paga, como se realizan es decir casa a casa y cara a cara y que profundidad tienen el análisis de las variables socioeconómicas y demográficas ya que al final el día de las votaciones es cuando se define la cultura que tenemos los electores.
A pesar de que en múltiples documentos y en los discursos oficiales se menciona los avances en las diversas áreas que convergen en el desarrollo de nuestro país, lo cierto es que la política social que se lleva a cabo no ofrece alternativas tangibles en el mediano y largo plazo que permita certidumbre a la sociedad, aspirar a una mejoría no solo en términos de ingresos, sino de acceso a la salud, la educación y la obtención de servicios que permitan fructificar en situaciones realistas de progreso económico como forma privilegiada de generar mayor riqueza distribuible.
Es indudable que el crecimiento resulta necesario para los efectos de generar empleos, mayor productividad y mayores ingresos; pero si no se tiene una verdadera planeación, seguimiento y certeza de objetivos concretos, no se podrá aspirar a un nivel de vida acorde a lo que un país como el nuestro requiere.
Se necesita de una mayor articulación de los diversos programas que en los discursos describen tanto el gobierno como los aspirantes a la presidencia, aunado a una mayor vinculación de los organismos de gobierno tanto federales, estatales, municipales y desde luego de los líderes empresariales para trabajar en conjunto en las metas que se tengan establecidas, de otra manera seguiremos siendo un país en donde el futuro nos parece promisorio pero sin desconocer los avances que se han logrado no llegamos a despegar y lograr una consistencia en nuestro desarrollo equilibrado y permanente.
No se trata de ver la coyuntura del entorno global, si no responder a las demandas de los mexicanos con una visión de largo plazo, aspecto que hasta la fecha en mi opinión no se puede decir que lo estén planteando los candidatos en sus intervenciones; no veo un verdadero perfil de lo que tiene que ser un Estadista.
Es indudable que necesitamos un sistema político más abierto a los cambios pero también los gobernados debemos de tener un cambio fundamental de visión y de actitud; en las ultimas épocas hemos visto afortunadamente una mayor participación y exigencia ciudadana, pero también se requiere de colaboración y compromiso para no solo dejar que otros lo hagan sino que todos lo realicemos ya que el reto que tenemos para las siguientes generaciones es gigante y por ello insisto se requiere abocarse a definir las funciones gubernamentales y enfocar esfuerzos y recursos por el momento hacia las prioridades sin tratar de solucionar un todo e invocar a un proyecto social que involucre la asociación de gobierno, sector privado y la sociedad en general.