No es posible escapar a la realidad de que, en el escenario global, el papel que desempeñan los gobiernos en la actualidad es completamente diferente; tradicionalmente, los gobiernos se han considerado a sí mismos como depositarios del poder, sólo que hoy se requiere además liderazgo y una mayor responsabilidad social.
La crisis financiera y la de deudas soberanas se originaron por un uso excesivo de endeudamiento no sólo de los gobiernos, también de una gran parte de la sociedad; los déficits y la deuda pública aumentaron desmesuradamente tanto por los estímulos fiscales y por absorber las deudas privadas, mediante los rescates por medio de diversos mecanismos que sólo los gobiernos podían llevar a cabo, aún cuando a algunos no estemos de acuerdo en las formas de hacerlo o como se aplicaron.
Lo anterior se requiere analizar bajo la perspectiva de que el gobierno tiene que ver con la distribución de la riqueza y la prosperidad. Los gobiernos son distribuidores de riqueza, no facilitadores de la misma; los gobiernos exitosos se han dedicado a desarrollar economías de un bienestar equitativo y requieren determinar regiones y sectores de la población que son consideradas vulnerables o que están en desventaja. Los gobiernos se deben de preocupar también por proteger y dar facilidades a las industrias y empresarios de todo tipo, no es fácil hablar sólo de grandes, medianas y pequeñas empresas ya que por ejemplo, en un país como el nuestro, todas concurren y son necesarias.- En otros países su estructura económica se basa en las pequeñas por ello no necesariamente se aplique la misma regla en el nuestro; lo anterior no quiere decir que se deje la estrategia de continuar apoyando a éstas, lo que intento decir es que se debe estructurar un plan más efectivo y dirigido de acuerdo a las necesidades y requerimientos de cada sector.
Para el Presidente electo pienso que debe continuar en la economía con la política que se ha seguido, finanzas públicas ordenadas, proceso monetario sin cambios en lo que se incluye el tipo de cambio flexible e impulsar los temas recurrentes y que suenan comunes pero que se requieren tales como: las reformas fiscales, laboral y energética; para ello se requiere acuerdos con el Congreso de la Unión que espero no será difícil por el número de curules con los que cuenta el partido del virtual Presidente. Que no se cometa el error de otros sexenios de querer desechar lo que se ha realizado bien por no reconocer los aciertos del gobierno anterior.
La creación de empleos y la atención a las clases más desprotegidas, deben encabezar la agenda de responsabilidades y la deuda social es muy grande, la brecha que separa a éstos sectores de las ventajas que otros han logrado con todo y las crisis no son discutibles son ineludibles.