Venezuela se debate en una guerra civil sin declarar, como consecuencia de la ausencia de políticas públicas capaces de contener la ola de violencia reinante, aseguró hoy el abogado y activista de derechos humanos Luis Colina Petit.
“Los homicidios que se contabilizan cada fin de semana convirtieron a este país en un habitáculo rutinario de la muerte, donde nadie puede sentirse seguro”, precisó el abogado coordinador nacional de la Asociación Civil Venezuela Urgente
Dijo que ni siquiera los miembros del cuerpo diplomático acreditado en Venezuela escapan a esa violencia, y citó como ejemplo los recientes secuestros al cónsul chileno Juan Carlos Fernández, y al embajador de México en Venezuela, Carlos Pujalte.
“Según estadísticas de nuestra organización, los homicidios crecieron en diabólica espiral desde 1999, año en que se produjeron cinco mil 968, hasta la culminación de 2011, con un total de 19 mil 339 asesinatos, la cifra más alta de todo ese período”, señaló Colina.
Aseveró que todo ello es consecuencia de un "proceso" deliberado de desmantelamiento institucional, acometido por el propio presidente Hugo Chávez, quien olímpicamente sigue sin implementar políticas serias para combatir la inseguridad.
“A este régimen, durante 13 años, le faltó voluntad política para proteger la vida y los bienes de los venezolanos y la poca importancia que le asigna al tema constituye una burla para las miles de víctimas directas e indirectas de la violencia”, dijo.
Recordó que la frase "quienes roban por necesidad no son delincuentes", pronunciada por el presidente Chávez a su llegada al poder, provocó el estallido del detonante de la violencia criminal en el país, con su secuela de muerte y destrucción.
Colina advirtió que la tesis oficial que indica que la inseguridad es un factor heredado de gobiernos anteriores, se ve desvirtuada cuando se realiza un análisis de la historia contemporánea de las cifras delictivas.
“En 1998, con una tasa de 19 asesinatos por cada 100 mil habitantes, nuestro país se encontraba dentro de la media del continente. Hoy se ha triplicado este índice y nos hemos convertido en la nación más violenta de Sudamérica y la tercera del mundo”, sentenció.
Dijo que igualmente luce contradictorio culpar a la desigualdad social de ser el causante del crecimiento de la criminalidad, especialmente cuando la propaganda oficial indica que en los últimos años supuestamente se logró reducir la pobreza.
El pasado 13 de enero, en su presentación de la memoria y cuenta a la Asamblea Nacional (Congreso Unicameral), el presidente Chávez anunció que próximamente se pondría en ejecución la Misión Seguridad, destinada precisamente al combate de la delincuencia
