Aficionados del FC Barcelona en el estadio Vicente Calderón. (AP)
Las aficiones de Barcelona y Athletic de Bilbao dedicaron ayer una monumental silbatina al himno nacional español y al príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, en la antesala de la final de la Copa del Rey disputada en el estadio Vicente Calderón de Madrid.
La silbatina, que era esperada, fue similar a la que hubo en 2009 en otra final de Copa entre los mismos protagonistas. Barcelona y Bilbao son los equipos más representativos de Cataluña y el País Vasco, respectivamente, dos regiones en las que el sentimiento nacionalista de pertenencia a un territorio independiente de España está más arraigado.
La protesta fue una forma de reivindicar ese sentimiento entre parte de las hinchadas.
También se escucharon cánticos contra la presidenta regional de Madrid, Esperanza Aguirre, quien sugirió que el partido debía suspenderse si había una protesta masiva contra símbolos nacionales.
Cuando los dos equipos saltaron al terreno de juego minutos antes del partido, sonó el himno nacional como es habitual en esta cita. A pesar del volumen de los altavoces y de la duración de 27 segundos del himno, más corta de lo habitual, la silbatina se dejó sentir con fuerza entre una inmensa mayoría de los 55,000 aficionados de ambos equipos que abarrotaron el Vicente Calderón.
El príncipe de Asturias, que presidía el partido en sustitución de su padre el rey Juan Carlos, también fue silbado.
El monarca, todavía convaleciente de una operación en la cadera derecha, no pudo asistir al partido. La popularidad de la monarquía ha caído en picada en los últimos meses tras conocerse episodios como el accidente del rey mientras cazaba elefantes en África.
De hecho, se pudieron ver algunas personas luciendo caretas de elefantes en las tribunas.