Estamos a unos días del 1º. de diciembre, fecha en la que tomara posesión como Presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Enrique Peña Nieto (EPN). El Estado Mayor Presidencial y el Congreso realizan ya los preparativos del magno evento sexenal en la Ciudad de México.
Se siente un ambiente de alegría e incertidumbre al mismo tiempo. Iniciaremos a partir de diciembre una nueva etapa en la vida democrática de México.
Hay grandes enigmas de cómo será el regreso del PRI a Palacio Nacional ¿Será el viejo PRI autoritario o un nuevo partido más democrático el que se imponga? ¿Podrá con el problema de la delincuencia? ¿Se generarán los empleos que necesitan los mexicanos? ¿Logrará convocar a un nuevo Pacto Social al que vayan el PAN y las Izquierdas? Existen muchas preguntas en la mesa.
En amplios sectores de la población hay un optimismo moderado sobre el retorno del ex PNR (Partido Nacional Revolucionario en 1929). Se sabe que la clase política priista es la más experimentada del país, pero al mismo tiempo, por eso mismo puede incurrir en los grandes excesos del pasado (parentelas en el poder, decisiones verticales, negocios debajo de la mesa, opacidad, clientelismo político).
La contienda de la elección presidencial fue muy fuerte. "Si la pelea dura un round más a la mejor no ganamos", me dijo un viejo amigo priista. Andrés Manuel López Obrador fue un candidato muy competitivo, rebasó el umbral del 30% de la votación, aunque no le alcanzo para ganar. Algunos estados priistas inexplicablemente se cayeron en la elección como Nuevo León, Veracruz, Tamaulipas, Quintana Roo, Tabasco, Tlaxcala.
Fue el "voto útil azul" y "voto de castigo al PAN "de las Baja Californias (Norte y Sur), Sonora, Sinaloa, Jalisco, Puebla y Guanajuato el que a final de cuentas inclinó la balanza en la elección presidencial a favor de EPN. Hay que ser honesto y reconocerlo.
El presidente EPN tiene el gran reto de devolverle a México la paz y la tranquilidad de la cual gozamos en anteriores sexenios. El PRI pudo en el pasado y eso es una carta fuerte de de que tal vez si pueda en el futuro ¿Vamos a ver?
Otra tarea de EPN será construir un nuevo PRI; dejar al partido del pasado; del partido hegemónico y crear un nuevo sistema de partidos más democráticos, que tome en cuenta a los ciudadanos en las decisiones políticas fundamentales. Existe el aliciente de que en el Estado de México lo hizo muy bien. Hay que darse una vuelta a la hermosa ciudad de Toluca de Lerdo para verlo directamente.
EPN ha demostrado también oficio político. El hecho de darles su lugar a Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa en el Congreso, también habla bien de su alta escuela política. Son de la gente más experimentada que tiene el PRI para negociar las reformas que el país necesita; quizás ya no estén en su mejor momento para ser candidatos presidenciales (aunque tienen derechos políticos plenos), pero pueden desempeñar eficazmente funciones como las que ahora realizan.
Los nombres que se manejan para su virtual Gabinete también han sido un buen mensaje a la nación; hay gente de gran experiencia como Luis Videgaray, Felipe Solís Acero, Rosario Robles, Ildefonso Guajardo, Enrique de la Madrid, Emilio Lozoya, Jesús Murillo. La prensa menciona otras cartas fuertes como Emilio Chuayfett, Miguel Osorio Chong, Lièbano Sáenz. Hacen falta también nombres de norteños de "Ligas Mayores" de "peso completo" como Enrique Martínez, Natividad González Parás, Eduardo Bours, Ismael Hernández Deras, entre otros. Se les debe involucrar en algunos proyectos federales.
Humberto Moreira (HMV) ¿Hacia dónde? El caso más difícil de EPN. Quizás para una embajada en Sudamérica bolivariana no se vería mal y sería justa. Se la jugó con firmeza con EPN y aguantó la candela de los medios, del PAN y el pataleo interno priista sobre la deuda y la elección interna.
HMV fue el general que EPN necesito en la primera línea de defensa. Aparte le dejaría el espacio libre a su hermano Rubén para que desarrollara sus proyectos y brillara con luz propia en Coahuila; aunque su sabiduría, experiencia y generosidad como persona siempre será muy valiosa y ejemplar, como la de todo ex gobernador del Estado. Sería una carambola de tres bandas.
Federico Berrueto y Humberto Roque son otros coahuilenses de gran nivel en la Ciudad de México, desde hace muchos años que merecen una reincorporación al servicio público. Vamos a ver qué dice EPN.
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