En esto de la lectura, a veces hay que tomar riesgo y atreverse con los autores desconocidos que nos llaman la atención ya sea por el título de su obra o por su nombre. Más si uno ve que en las librerías abundan sus títulos, lo primero que debemos de decir es que por algo será. En la provincia es muy difícil encontrar quien te recomiende obras y por lo general las obras recomendadas pueden pertenecer a géneros que no son muy de tu agrado o de muy alto nivel. Lo mismo, va a ser muy difícil que quien te atiende en una librería conozca todos los autores y todos los títulos y pueda recomendarte con buen tino. Es muy difícil hacer recomendaciones si no conocemos de gustos específicos y de intereses.
Como experiencia personal puedo sugerir que los lectores se arriesguen con los títulos, por algo atraen. Yo puedo hablar de mi propia experiencia.
Un día encontré un libro que se llamaba: "Crónica del pájaro que mueve al mundo". Este es uno de esos nombres que no pasa desapercibido. Cuando lo conocí el nombre del autor no me decía mucho: Haruki Murakami (de esto hace varios años). No lo tomé a la primera, sino que varias veces lo tuve entre mis manos para después abandonarlo, hasta que me decidí a comprarle cosa de la cual jamás me arrepentí. Después seguí con otros títulos del mismo autor hasta que ya comencé a escuchar comentarios sobre él y supe que muchos lo consideraban apto para recibir el premio Nobel, cosa que apoyo. (Murakami me recuerda a mi generación. Habla mucho de la música y lo que a él le gusta es lo mismo que le gusta a los de nuestra generación. Por medio de este autor, la cultura Japonesa se universaliza. Me recordó mi juventud).
Henning Mankel es un autor de novelas de misterio. A este lo elegí porque había muchos títulos de él. Por lo menos para conocer el género que ya le llevo leído dos títulos: Los Perros de Riga y comedia infantil.
Otro nombre que me llevó a indagar en la contraportada es: El hombre que amaba a los perros" de Leonardo Padura, autor desconocido para mi. Investigando supe que se trataba de la biografía de Ramón Mercader, el hombre que asesinó a León Troski, una biografía muy bien escrita.
Otro nombre raro de autora es Banana Yoshimoto. ¿A quién se le ocurre ponerle a su hija el nombre de Banana? A nadie. Es un seudónimo que la autora escogió porque le gustaba la flor del banano. Ella escribió una novela que se llama Amrita que también resultó ser bastante interesante.
Otra autora más de nombre raro, Almudema Grandes. Primero supuse que así se llamaba la editorial, o la colección, éste no me parecía nombre de persona. Pero ya fijándome bien descubrí que era el nombre de la autora y que la librería estaba ofreciendo varios títulos de la misma por lo que debería de tener su importancia. Para comenzar, elegí un libro no muy grueso, aunque de nombre trillado: "Te llamaré viernes". Resultó de mi agrado, novela modernista, mas no confusa en donde se nota la influencia de autores de sobra conocidos. En el penúltimo capítulo hay un monólogo interior que me remitió al de Mary Bloom, la diferencia con este es que es corto y además está con signos de puntuación, lo cual pueden ser a su favor. Ya tengo la invitación para adquirir otros títulos de esta autora, si mal no recuerdo, algunos remiten a la guerra civil española o algo similar.
Siempre los autores extranjeros han de sonar raro más si son orientales. Por ejemplo Adeline Yen Mah. "Las hojas que caen" es el título que ofrece y parece ser su autobiografía, resultó bueno.
No espere que le recomienden, salga a buscar. A lo mejor lo que le recomiendan puede caer en lo muy comercial que no necesariamente resulta de su agrado. Yo le huyo mucho a los libros que recurren o a la fama del autor o al morbo del tema. Eso me pasa con Martín Moreno y sus pecados carnales; para pecados carnales ya estamos hasta el copete. Este mismo autor tiene cosas mucho mejores que leer.
Que uno se arriesga a equivocarse es parte del pasatiempo. Dicen que el que no se arriesga no gana. Es un riesgo que se toma con cierta información, para algo existen las contraportadas de los libros. Otra prueba que puede hacer es leer la primera página y una de en medio, si eso le invita a continuar la lectura, adquiera el libro, si no, déjelo.
Hay ciertas editoriales que dan confianza porque de sobra sabes que se dedican a publicar, por ejemplo, todo lo clásico (sepan cuantos de Porrúa) y como valor agregado te ofrecen los estudios sobre la obra y sobre el autor. También vas aprendiendo que hay otras que sólo te ofrecen los resúmenes de la historia, pero te pierdes el estilo y toda la epopeya que implica un autor y una obra. Bueno también depende de que para qué quieras leer, si es para cumplir con un trabajo para un maestro impertinente o para disfrutar del estudio y la lectura. Para lo primero, en el rincón del vago ni siquiera gastas, y es el primer lugar donde el maestro busca para saber si está fusilado el trabajo.
Leer es un pasa tiempo. Cualquier tema ha servido para hacer historias o tratados. El chiste es dejar fluir tu curiosidad atrévete a dejar el lugar común con el ansia de obtener un elemento que te pueda enriquecer tu propia visión del mundo.
Los títulos te esperan.