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ENSAYO SOBRE LA CULTURA

Este México Surrealista

José Luis Herrera Arce

A diario vemos como se nos construye un México que se incrusta en el surrealismo. Bueno fuera a causa de la imaginación de nuestros artesanos que desconocemos; pero no es por ahí la cosa, sino por los haceres políticos y sociales que escapan a toda inteligencia.

Hoy por hoy la preocupación es construir nuevas cárceles y muchas cárceles, porque las existentes, aparte de que se nos ha manifestado que son corruptas, son insuficientes. Así que los impuestos deben servir para ello como una prioridad nacional para dar cabida a tanto ciudadano que vive afuera de la ley.

Pero los impuestos no solamente sirven para ello, sino para también para la manutención de todos los partidos grandes y chiquitos que en México reciben presupuesto. Alguien vota por ellos y siguen con vida aunque no se sabe a ciencia cierta cuales sean sus verdaderos intereses. Los partidos hasta son heredables, como el Verde; y hablando de él, que bien se vale de las aspiraciones y de las necesidades para decirnos que aunque no consigan que nos den las medicinas o nos hagan las escuelas completamente gratuitas, ellos hacen lo posible porque así sea. Eso de prometer, no empobrece; no vayamos a pensar que se trata de una burla cotidiana a nuestras carencias.

Presupuestos para los partidos hay y deben ser muy buenos; aunque falte el presupuesto para muchas otras cosas.

Y podemos seguir enumerando de los errores que con la mano en la cintura se cometen y en el país del nunca pasa nada sólo se nos pasa la factura y ni para que chistar. ¿Se acuerda del puente que demolieron? ¿En donde está el culpable? Eso si, de un año para acá como se han encarecido ciertas cosas como el plaqueo o las actas de nacimiento o algún otro servicio que forzosamente tenemos que pagar. Nuestro silencio, porque somos un país de silenciosos, lo permite.

La vida tiene que seguir y es preferible aguantarse a llegar a los extremos que viven hoy países como Grecia, España, Italia. La pregunta es como se llega a esos extremos o a nuestros extremos. Como es posible que la corrupción que permite la fuga de reos sea tan constante o el dispendio no se castigue o no lo pague quien a manos llenas a tirado grandes capitales cuando los ha habido.

A veces es preferible no escuchar noticieros y refugiarnos en un país de la ilusión. Los que se encargan del real se dice que ganan bien porque la política se ha convertido en una profesión que no va a matar de hambre a nadie, por eso los mismos se repiten y a lo mejor los partidistas hasta se han de cansar que siempre sean los mismos los que se han apropiado de ciertos puestos y por eso se ha insistido en la reelección. O sea que, nuestra historia sigue el camino del cangrejo. ¿Quieren reelegirse?¿Para qué si han sido incapaces de resolvernos los problemas?

A lo mejor son nuestros políticos los que viven en el país de su ilusión y no sean capaces de ver la lucha cotidiana del ciudadano común y corriente para subsistir para seguir pensando que en México hay un futuro. Esto me trae a la memoria la historia de María Antonieta, cuando le dijeron que el pueblo estaba enojado porque no tenía pan para comer y ella contestó: ¡que coman bizcochos!

La anécdota anterior me hace comprender que la monarquía se acabó cuando el pueblo no soportó seguir pagando el lujo, el dispendio, la buena vida, de unos pocos, con su hambre. Los políticos, a pesar de toda su verborrea, no deberían de haber olvidado eso. Los pueblos no siempre aguantan y cuando explotan no hay Jesús mío que los pare, hay cosas que ya no se pueden detener.

Haití, ¿Qué pasa con Haití? Muchos países africanos, los sucesos de Europa. No hay derecho a jugar de esa manera con la sociedad.

Los problemas de ahora comenzaron un día con la corrupción, por ese dinero fácil que se mueve debajo de la mesa o ya muy abiertamente al que cada día más gente ve normal.

Insisto, mis impuestos sirven para construir más cárceles o pagar los errores que no se han castigado. Sirve para mantener partidos y las aportaciones de los trabajadores para hacer lo mismo con los sindicatos que hasta se llegan a heredar.

Ahora pregúntate, después de una vida de trabajo ¿Te puedes jubilar decentemente? ¿Tienes el servicio médico confiable? Y como esto muchas cosas más de la vida cotidiana. Si la educación anda por la calle de la amargura, como es posible que de ahí surja un partido político que va a tener capital suficiente para hacer una campaña nada más para permanecer, y sabemos que si lo hace va a seguir pegada a la ubre de la economía mexicana.

Surrealismo y más surrealismo. ¿Comemos bizcochos? ¿En dónde estarán los bizcochos? Seguramente en los anuncios promocionales de algunos partidos políticos que dirán que ellos se ufanan porque existan pero son los otros quienes no quieren que los haya.

No sé, a veces pienso que volverse autista es una puerta que se antoja abrir. A eso nos están obligando. Cuando se acaba la confianza, todo puede suceder. Cuando no tienes por quien votar, ¿Cuál es el camino que te queda?

México, en donde mora un Tlacaelel que nos muestra el camino para volvernos a encontrar con el águila que tiene entre sus garras una serpiente (la leyenda dice que era una tuna representando un corazón).

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