Negocios van y negocios vienen; y según dicen los que saben, sirven para que las personas, por un lado, obtengan lo necesario y más de lo necesario para sobrevivir, y por el otro, para cumplir una función dentro de la comunidad en donde vive. Pero, bueno, eso es ser demasiado utópicos, porque los negocios sirven para ganar dinero y si se puede ganar mucho dinero que más y mejor; algún día se sale en Forbes para ser admirado por todos aquellos que no logran triunfar en la vida; a porque eso de triunfar se cuantifica, vales lo que tienes, después del fracaso de todas las filosofías que intentaron dignificar la existencia humana, tu valor se reduce a la posesión.
Los medios son un negocio más. Divierten, informan. Se gana dinero con ellos y se obtiene poder. Eso ya está plenamente comprobado; y se lo cree cualquier tonto que sale en la televisión o habla por medio de la radio: poder y dinero es algo que no cualquier negocio te puede ofrecer y en eso estriba la gran demanda que tiene entre los jóvenes las carreras de comunicación; y el desencanto cuando se tienen que enfrentar a materias como teorías de la comunicación , filosofía o literatura, o hasta cuando deben aprenderse de memoria los conceptos del lenguaje audiovisual o aprenderse las reglas de composición de la imagen, o ponerse a discutir por qué la televisión no ha sido elevado al nivel del arte si tiene los mismos elementos de lenguaje que el cine; que es lo mismo que discutir por qué el folletón tampoco es arte si tiene los mismos elementos de la novela; o, los libros de superación personal no son filosofía. Mas esto es salirse del tema. Los medios son un negocio y como negocio no están obligados a hacer arte; hasta aquí vamos bien. Tampoco los medios, dicen , están obligados a convertirse en escuelas, su función no es educar. Aunque educan y a una buena parte del pueblo Mexicano que no tiene otro modo de obtener educación más que ése; entendiéndose por educación, mostrarte los verdaderos paradigmas con los que se relaciona uno en la sociedad. Como vestir, que comer, las costumbres, la música, los bailes; además de que te dice la manera en que el mundo se comporta y hasta te da algunos elementos para que puedas juzgar el comportamiento de todos los que te rodean. Te da una visión del mundo, una cosmovisión, y eso se convierte en una gran ayuda al momento de entender el funcionamiento de la sociedad. Pero no educa, no es su función hacerlo, simplemente divierte, y si lo hace con intrascendencias supuestamente anodinas, es porque tiene que llenar el tiempo a bajo costo.
Tú no le pagas a los medios, ¿por qué habrías de exigir otro tipo de productos? Basta con encender la radio o la tele y darte cuenta de los comerciales que pasan para que descubras quien le paga a los medios. Basta que indagues cuando se gasta en publicidad política y en publicidad social, para que te des cuenta de quien le paga a los medios. El champú, si ése, el que te quita la caspa y compras porque los medios te lo han dado a conocer. Si la publicidad te la cobran en el costo del producto, eso no quiere decir que le pagues a los medios. Si la publicidad política se hace con tus impuestos, eso no quiere decir que tú le pagues a los medios.
Son diversión no instrumento de cultura, como si la cultura no fuera diversión. Para divertirse, los videojuegos, ¿Quién se va a divertir con una obra de teatro de Moliere, o de García Lorca? Para divertirse el futbol. ¿Quién se va a divertir con una serie como la de yo Claudio? Y hay que divertirse porque eso nos aminora la carga de tener que vivir esta vida tan llena de problemas que parece estar lejano nuestro final feliz de las telenovelas; que lejos de ser elementos de cultura, logran forjar una pasividad ya que en el imaginario colectivo todos deseamos una herencia perdida por ahí que nos haga millonarios, o famosos, para que las puestas de los medios se nos abran que es tanto como ser invitados al paraíso.
Los medios son un negocio. También la medicina y vieran que bueno resulta a la hora de hacer resaltar las bubis, o mandar hacer análisis de todo nomás para estar seguros de que tipo de catarro te dio. El pueblo, a fin de cuentas, es lo que quiere, se conforma, con la tele y la radio que tenemos, como con el doctor de a 20 pesos la consulta que nos proporcionan las farmacias. Este es el mundo donde nos ha tocado vivir.
Podría haber otras opciones pero no resultan comerciales. Para que te deje la cultura hay que administrarla; y eso, a veces. Al público hay que darle lo que pide, como la enciclopedia del crimen, o los ojos del gran hermano, o las Lauras, o todos esos artículos de consumo mediático donde el morbo carcome la dignidad.