A pesar de las circunstancias por las que el país atraviesa, y los grandes problemas que a diario impiden nuestras vidas, no está claro el discurso político, sobre todo el publicitario, en donde más que nada, se exhiben los problemas cotidianos que no han tenido solución, como bandera de algunos para acceder a una chamba que seguramente habrá de dejar muchos billetes. En pocas palabras, nos dicen que: tu tienes este problema, nosotros sabemos que esta es la solución, pero hemos sido incapaces de convencer a los otros representantes de solucionarlo. Vota por nosotros, quienes nos hemos mostrado tan ineptos.
La demagogia política nos sigue presentando a el súperman todopoderoso capaz de solucionar problemas; la pregunta que hace el contribuyente es ¿por qué no los ha solucionado?, ¿por qué esperarse a tener un puesto político de mayor nivel para hacerlo y no demostrar que ya lo hizo en al anterior de donde vemos que muchos renuncian antes de terminar sus períodos para colocarse de mejor manera? En ninguna parte se ve que las cosas mejoren y uno duda que esas sonrisitas vayan a solucionar nada, si no es que te digan cómo; porque todo lo que dicen son puros supuestos y la negación total de la profundidad de los problemas que nos agobian.
Muchos de estos políticos ni siquiera se dan cuenta de que en sus partidos hay otras personas que también quieren acceder a los puestos de elección popular, y van hilvanando una oportunidad tras otra como si fueran los únicos capaces de ejercerlos, con los que los rompimientos se ven, porque nadie quiere trabajar para otro sino para su propio bienestar; y luego se producen los sismas en los propios partidos con lo cual les quita credibilidad.
Últimamente han surgido los payasos de la política, que a ciencia cierta yo no sé en donde está el negocio de hacer el ridículo nacional sin tener fuerza necesaria para enfrentarse en unas elecciones. (Recuerdo que así comenzó el partido Nazi que se subió al poder, cuando las otras opciones no convencieron a nadie).
Pero si se ve, eso de que los partidos y la política se han convertido en un gran negocio, nadie lo puede negar. El país puede seguir sufriendo sus deficiencias, porque la profesión de político es como jugar a la lotería y darle al puesto, mangonear los nombres de los héroes nacionales y estar carentes de proposiciones. Tanto discurso cuando lo aterrizas, no concuerda con la realidad. Lo vives a diario:
Falta de empleo, falta de inversión, deuda pública, la inseguridad que ya nos tiene atosigados, la falta de futuro, la falta de visión para un país en quiebra, la dependencia, el vender los intereses nacionales, a los intereses particulares (Como la televisión), disfrazar la realidad que es una forma de mentir.
¿Dónde quedaron los beneficios del tratado de libre comercio en el cual nos seguimos empeñando? Ya no siquiera como país de mano de obra barata somos opción. Últimamente han inventado que la educación nos va a salvar, y donde está la labor educativa nacional, si los medios más poderosos para hacerlos, la televisión y la radio, están al servicio de la iniciativa privada que no tienen ningún interés en conformar un alma nacional que nos haga salir del atolladero.
Inventamos una constante palabrería como la cultura emprendedora que en pocas palabras quiere decir haz tu propio negocio. Mi experiencia personal es que no cualquiera puede hacer un negocio aunque tenga el dinero para hacerlo, hay que contar con muchas cualidades; esa es precisamente la razón por la que en México seamos tecnológicamente dependientes y que necesitemos de la maquila para trabajar. Cuantos negocios se han venido abajo al ser heredados por los juniors.
Pero a discurso hecho y lo que importa en México es que el discurso disfrace la realidad. Se siguen en las antiguas costumbres de regalar a diestra y siniestra porque estamos en épocas de elecciones y nuestros políticos regalan, por su gran bondad, aunque quienes pagan son los contribuyentes. Y después ahí queda la deuda que ya no te va permitir crecer. Eso sólo ha servido para producir ciudadanos dependientes que se van acostumbrando a la opción que les regalen, que les den, en lugar de ponerse a producir, lo cual viene a desmentir totalmente la cultura emprendedora.
Hace un poco tiempo en un programa de esos de economía, nos decían que los países como Grecia están en los problemas que tienen porque simplemente gastaron más de lo que tenían y que ahora pagan las consecuencias apretándose el cinturón. Lo que pasa con los países es lo mismo que pasa con las familias, cuando se gasta más de lo que se tiene, se va al derrumbe.
¿Según lo anterior, usted cree que los presupuestos políticos estén dentro de la realidad nacional? ¿Usted cree que en el país no hay cosa más importante en que gastar que en este tipo de cosas?
¿Qué tipo de país te ofrece cada uno de los partidos? Yo aún no lo sé. El que pocos se enriquezcan el que muchos coman, en que se tengan las opciones para crecer, el que el esfuerzo personal sea redituable. Si nos queremos comparar con los vecinos del norte, ¿Cuál es el sueño mexicano? ¿La vida fácil? Sigo sin saberlo.
Los partidos continúan con el juego de las encuestas manejando la opinión pública. Creo que sus encuestas no reflejan el malestar naciónal ni el polvorín en donde están sentados.