José María Morelos y Pavón fue de los personajes más sinceros que hubo en el movimiento de independencia; no sólo sincero sino noble, que supo poner sus intereses particulares en segundo lugar para darle su importancia al congreso y a las otras personas que como Rayón, también participaban de las mismas ideas y habían sido designados en puestos ejecutivos, dentro del movimiento.
Como militar tuvo sus grandes aciertos. Se afanó para tomar Acapulco porque así se lo había pedido Hidalgo, y tomó Oaxaca. Tuvo muchos otros triunfos en sus cuatro campañas militares. Las anécdotas y las leyendas pueden encontrarse en muchos libros de Historia.
Dio confianza a todos aquellos que le rodeaban como los Galeana, los Bravo y Matamoros, que supieron, a su vez, convertirse en sus brazos y que le dolió mucho cuando cayeron a manos de los realistas.
Su grupo estuvo compuesto por verdaderos hombres entregados a una causa. Algunos hubieron de demostrar su humanismo, como en el caso de Nicolás bravo, que al saber la muerte de su padre no quiso vengarse mandando fusilar a los españoles que los insurgentes tenían en cautiverio y les perdonó la vida, al mismo tiempo que les ofrecía la libertad.
A Morelos no le importaban los títulos tan utilizados en aquellos tiempos, como el de alteza serenísima; el único que portó fue el de "siervo de la nación" y demostró serlo en los hechos.
En Morelos encontramos el compromiso ideológico que sirve como base para elaborar la constitución que habría de regir a la nueva sociedad. En los "sentimientos de la nación" se expresa el nuevo diseño de la comunidad que habrá de surgir producto del movimiento que don José María Morelos y Pavón defiende.
Cito las ideas principales:
"México es Libre e independiente".
La religión católica es la única autorizada en la nación. Los ministros del culto se sustentarán con la totalidad de los diezmos. El pueblo no tendrá que pagar más obvenciones que las de su devoción. El dogma debe ser sostenido por la propia iglesia porque se debe arrancar toda planta que Dios no plantó.
La soberanía dimana directamente del pueblo. Este la deposita en sus representantes. La representación nacional se agrupará en tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial….; su sueldo será suficiente para vivir sin privaciones pero a la par sin lujos.
Los puestos públicos serán ocupados por mexicanos. No se admitirán más extranjeros que aquellos que puedan instruir a los nacionales.
Las leyes generales deben comprender a todos, sin excepción. Los individuos no tendrán más privilegios que los de su profesión o su ministerio.
Como la ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro congreso deben ser tales, que obligue a la constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el jornal del pobre que mejore sus costumbres, aleje la ignorancia, la rapiña y el hurto.
La propiedad debe ser respetada. El hogar es sagrado.
"La esclavitud está abolida en México. No habrá castas en lo sucesivo…" (Morelos, Rubén Hermesdorf).
En este tono continúan otros puntos que posteriormente sirven como base para la redacción de la constitución de Apatzingán, la primera que intentó regir a nuestra nación y que al ser derrotado Morelos hubo de postergarse.
Aún así, las posteriores constituciones con las que nos hemos regido han tomado en cuenta las ideas antes expresadas con lo cual se subraya lo importante que es pensar que la independencia no basta con la independencia misma, sino que se hace necesario diseñar una sociedad en donde valga la pena vivir, donde pueda definirse en qué consiste la justicia social.
Los héroes, después de todo, son hombres, y como tales pudieron tener sus debilidades. En el caso de Morelos tuvo hijos, y que más da. Es mi héroe preferido en la etapa independiente.
