Don Agustín de Iturbide, primer emperador de México independiente, es un personaje sumamente conflictivo dentro de la historiografía mexicana.
Don Armando Fuentes Aguirre dice: "…Iturbide no es el consumador de nuestra independencia, sino su hacedor, su único, verdadero autor,. A Iturbide le debemos la independencia, la libertad, , el nombre de nuestra patria, su bandera…"
En párrafo posterior agrega:" …" Iturbide no es de ninguna manera el "Consumador " de la obra de Hidalgo, y Allende, de Morelos, de los Bravo y los Rayón, de Victoria y Guerrero, ¿Cómo podría haber sido Iturbide consumador de la obra de los antiguos insurgentes, si fue uno de sus mayores enemigos y, junto con Calleja, el que con más acérrima saña los persiguió". (Hidalgo e Iturbide, la gloria y el olvido. Pg. 573).
Esto es lo curioso de este personaje, que trabajando para un bando vino a disque rematar en el otro.
Primero; después de derrotar a Morelos, y ser derrotado por Rayón, es denunciado por los comerciantes de Guanajuato y destituido por Calleja.
Andando libre en la Ciudad de México, es invitado por la conspiración de la profesa, (cualquier semejanza con Napoleón es mera coincidencia y hay un abismo de diferencia) para encabezar la mano militar que se opondrá a las cortes de Cádiz que en ese momento se han opuesto en España a el absolutismo de Fernando VII. (O sea, que es invitado a trabajar a favor del rey y en contra del liberalismo español).
Recibe del virrey ejército y dinero para enfrentarse a Vicente Guerrero. Va contra él y después de los primeros encuentros pacta con él y le da la espalda al Virrey y a los de la profesa.
En Iguala nos da la bandera de las tres garantías. La tercera garantía es la de la igualdad, que quede subrayado por el momento.
Vuelve a la Ciudad de México y de ahí a Jalapa a encontrarse con O Donojú, que venía en representación de las cortes de Cádiz, por eso no era Virrey, sino representante de un gobierno que tiraba hacia el liberalismo y no el absolutismo. Cuando logra su firma, vuelve a la ciudad de México, donde ofrece el reino al propio Fernando o alguno de sus familiares. (O sea que nos independiza para volvernos a hacer dependientes, o ¿cómo está eso?).
Cómo ninguno de aquellos iba a aceptar, entonces él se coloca a la cabeza del primer imperio, con lo que le da la espalda a la constitución de Apatzingan y a los sentimientos de la nación de Morelos, y de pasada a la tercera garantía, ya que una de las características del teatrito imperial es conceder títulos de nobleza a los familiares, allegados, pegados y demás personalidades: príncipes, condes, duques, marqueses, con lo que se pierde la tan mentada igualdad.
¿Dónde quedó la heroicidad, de un hombre que únicamente trabajó para si? No lo sé, yo la pongo en duda. Lo bueno que hizo fue hacernos independientes. Hasta ahí, punto. Lo que resultó de eso, nadie lo aceptó, por eso se le fueron encima: curiosamente encabezados por otro que no estaba bien de sus convicciones y a lo mejor, facultades mentales, el seductor de la patria, Santa Ana quien perdería la mitad de nuestro territorio nacional.
Iturbide fue desterrado y sólo volvió a México para ser fusilado.
Tan independiente quedamos que la política se manejó desde las logias masónicas, la Yorkina y la Escosesa, introducidas ambas por extranjeros, que lograron la inestabilidad del país desde 1822 hasta 1857, perder la mitad del territorio nacional, y la decepción general del mexicano, que fue la que se unió contra los invasores, los americanos primero y los europeos posteriormente.
La reforma es el siguiente intento de darnos una forma de gobierno más justa según los lineamientos ideológicos en boga de aquella época, el liberalismo. Que tuvo sus problemas los tuvo, pero en su tiempo era necesario,
Hasta aquí dejemos la gesta de la Independencia.
