En este mes se conmemoran las fiestas patrias de la nación, por ser aquel en que dio inicio la Independencia de México. Aunque los antecedentes los encontramos antes y los consecuentes, o sea su conclusión, después; es tradicional que consideremos el día quince como el apropiado para festejar la gesta mediante la cual nos emancipamos de España.
A veces somos olvidadizos y por eso hay que recordar lo que se nos ha quedado en los libros de historia de la primaria y de la secundaria o de algún otro libro perdido por ahí.
Los antecedentes de la Independencia hay que encontrarlos en otras naciones; en primer lugar, aunque no nos guste, en los Estados Unidos que fue el primer país americano en independizarse de los países que anteriormente lo habían conquistado. (Esto es un decir, porque los que se independizaron fueron exactamente los descendientes de aquellos conquistadores, que por sus características particulares, lucharon por sus ideas liberales en contra de las imposiciones de la corona, sobre todo lo que se refiere al comercio). En la misma constitución americana ya hay una proclamación de los derechos del hombre.
Luego hay que referirse a la ilustración que conjuga todos los pensadores Franceses que fueron la respuesta a los principios enunciados por Hobbes para defender el poder absoluto del Monarca. Los más importantes, Montesquiau y Rooseau, el segundo, autor del contrato social donde ya se encuentra bocetado lo que debe de ser un gobierno republicano.
Estas ideas influyeron en los hombres de la colonia que comenzaron a considerar otras opciones para sacar adelante a los conglomerados humanos en donde vivían.
Después fueron los acontecimientos sociales y políticos como la Revolución Francesa y la toma de Poder por Napoleón Bonaparte; quien posteriormente, para castigar a Portugal, cruza el territorio español y se apodera, posteriormente de él. En ese entonces, gobernaba Carlos IV, (el del caballito de la Ciudad de México) quien no resulto ser tan buen rey y deposito su gobierno en las manos de Godoy, con lo cual se ganó la enemistad de su hijo Fernando VII quien quería derrocar a su padre para quedarse con la corona. Viendo esta situación, Napoleón se ofreció de intermediario y los hizo trasladar a Francia. Estando allá, les derrocó y ofreció la corona Española a su hermano José. El Pueblo de ninguna manera aceptó tal situación y se levantó en armas en contra de la invasión Francesa y los Bonaparte; y lo hicieron en nombre de Fernando VII. Se formaron las cortes de Sevilla primero y las de Cádiz después, de donde salió una constitución liberal.
Los movimientos que se dan en Hispanoamérica son consecuencia de estos mismos actos: hacer que José Bonaparte renuncie a la corona y ésta vuelva a la testa de los Borbones, en la de Fernando VII.
En México hubo intentos anteriores a los de Hidalgo: uno de ellos fue el del propio Virrey Iturrigaray, quien quiso aprovecharse de la situación queriendo que se le nombra rey de la Nueva España independiente, pero fue derrocado. Posteriormente hubo otro intento, a la que se conoce como la conjura de Valladolid encabezada por José Mariano Michelena la que fue descubierta y suprimida. Michelena sobrevivió y después ocupó varios puestos en el México independiente.
Y así llegamos a la conspiración de Querétaro que fue descubierta, pero en donde afortunadamente Doña Josefa Ortiz de Domínguez pudo dar aviso a sus integrantes en la casa del padre Miguel Hidalgo y Costilla, en la ciudad de Dolores.
Aquí no importa mucho si la campana sonó a los once o doce de la noche o a las seis de la mañana, llamando a misa. Lo que importa es la iniciativa que tuvo Hidalgo de tomar la iniciativa y aprovechar la circunstancia, aparentemente en su contra, para iniciar el movimiento que tuvo como conclusión nuestra independencia.
La otra opción hubiera sido haberse quedado callado, e irse a esconder para que no lo apresaran. Muchas revoluciones se dan por generación espontanea y en el transcurso del tiempo se van acomodando.
Con Hidalgo se encontraban Allende y Aldama, militares de carrera que se dejaron llevar por la iniciativa del primero pero que posteriormente van a tener otra manera de pensar en alguno de los actos del líder.
(Tenemos septiembre para hablar de la continuación).