La frase que encabeza este artículo fue dicho por María Antonieta cuando fueron a decirle que el pueblo no tenía pan y que por eso protestaba. Se hizo célebre porque por medio de ella se daba a entender que lejos estaba la monarquía del pueblo al cual gobernaba. Era drástico el contraste entre la riqueza y la pobreza, los segundos teniendo que mantener con su trabajo el lujo de los primeros; que para lujos estaba aquella nobleza, la cual vino a caer a manos de la revolución de Francia.
Pero al parecer la historia no nos enseña nada. ¿Será por desconocimiento? Dos datos: El senador que presume un carro de lujo, apenas se informa que ha sido elegido para el senado. El segundo dato; el alza exagerada del huevo, tomando como pretexto el mal aviar pasado en Jalisco. La triste historia de la oferta y de la demanda, y la triste historia, también, de aquellos que se aprovechan de las situaciones para su bien particular.
Las declaraciones del secretario de economía, quien ya está dejando el puesto, pueden asemejarse a los de la reina francesa; pero esto fue más cauto: que coman otra cosa, como siendo demasiado lógico. Si no tienes para huevos, pues come frijolitos y con eso, asunto arreglado.
Cuando el imperio romano se acuñó aquella frase de: ¡Al pueblo, Pan y circo! Eso es lo que decían los romanos, que tenían funciones de circo por lo menos la mitad de los días del año. Aclaro, el circo era para los ciudadanos que vivían en la capital, a quienes también se les regalaba el trigo, que en aquel tiempo formaba parte de la dieta básica de aquellos hombres; con este gesto se aseguraban su fidelidad. No es por que fueran muy buenos los emperadores, sino porque para mantenerse en el poder necesitaban el apoyo de alguien que los mantuviera ahí y por eso, en correspondencia ,les concedían espectáculos y alimentación segura.
Bien se cuidaban de que el trigo no faltara y mantener los silos llenos de grano y si no había en roma, mandarlo traer de alguno de los países colonizados que eran sus graneros. A la falta de alimentación, el pueblo dejaba de entender razones y se alzaba en su contra.
Que aquí falte el huevo ha servido para la ley de la oferta y la demanda permita a algunos hacer su agosto y como el deslizamiento es lento, depende de cuanto producto se traiga de fuera, según dicen, con lo que nos hacemos país aún más dependiente del exterior, la situación va para rato.
Nuestra región es productora del producto y en grandes cantidades, hasta algunos pensarían que éramos exportadores; o séase ¿que el tamaño no era de las dimensiones imaginadas y con un soplo de la suerte el castillo de naipes se vino abajo? No lo creo. ¿Todas las granjas avícolas que abundan por al región se convirtieron en espejismo? ¿No es suficiente lo que producen para abastecer el mercado mexicano? Esto hablando de la región, solamente.
Los discursos no sirven ya para nada, ni siquiera para mantener la fe en el futuro. Va siendo hora de hacer algo más que discursos para resolver las situaciones por las que pasa nuestro país.
Que triste , en verdad triste , ver como la labor desarrollada por algunos ciudadanos para embellecer la ciudad ha sido vilmente lapidada por gente sin conciencia y autoridades impotentes. El Einstein que estaba afuera del Tecnológico de la laguna ya desapareció, con esto creo que ya acabaron con la mayoría, queda el quijote ya lastimado y no sé si siga existiendo la del viñador que estaba por los rumbos de la colonia los ángeles.
Esas estatuas fueron el esfuerzo de tres años de trabajo de dos personas: Don Donaldo Ramos Clamont y mi padre que supieron convencer a diferentes gentes para que las donaran a la ciudad, en el trienio de don Homero del Bosque Villarreal. Su trabajo se evaporó y la ciudad se quedó sin nada. Han de pensar que cualquier muladar es bueno para vivir.
Pero bien que se cobra. Todo mundo cobra. Los carritos de lujo se hacen necesarios. Los que ejercen el poder, están entrando a la inconsciencia de los viejos monarcas que más allá de sus jardines no veían nada. "¡Que coman Bizcochos!" en ¿donde están los bizcochos?
Un gobierno representativo debe representar; el problema es: ¿A quién representan? ¡A mi, no!