Aunque el tema de la inseguridad
sigue siendo el pan de cada día,
conmucho entusiasmo y alegría
los laguneros celebramos laNavidad.
Para vencer las adversidades
trabajamos con tenacidad;
haciendo a un lado vanidades
así buscamos la felicidad.
Época de olvidar odios y rencores,
de perdones y reconciliación;
a los humildes y superiores
otorgar afecto y consideración.
Pidamos con humildad al Padre Dios
que vuelva la paz a nuestro suelo
y nos permita escuchar su voz,
elevando una plegaria al cielo.
Que en todos los hogares mexicanos
haya salud, dicha y mucho amor;
con este deseo nos damos las manos
¡en un abrazo fraterno y conciliador!
Que Peña Nieto asuma su responsabilidad
de lo que ofreció en su campaña,
para que brindemos en estaNavidad
¡aunque sea con sidra y no con champaña!