A sus 7 años de edad, su instinto de sobrevivencia y de protección lo hizo cargar a su hermana, la más pequeña, de un año y medio, y la arrojó por la ventana, intentando salvarla del incendio; pero no pudo, era un cuarto piso y la bebé falleció al caer.
Después, ya no pensó en su otro hermano de 3 años, sólo alcanzó a reaccionar para aventarse, estaba ya muy afectado por el fuego y el humo; los vecinos lo alcanzaron a “cachar” con plásticos, pero su estado de salud aún es muy grave.
El tercero, el niño de tres años, se quedó adentro, en el departamento 405-B del edificio número 290 de calzada de La Viga, en la colonia Jamaica, de la delegación Iztacalco y fue rescatado por un policía; su estado de salud es más alentador, pues sólo tiene quemaduras en vías aéreas superiores.
“Por ahora sólo no se le entiende lo que habla”, menciona el secretario de Salud del DF (SSADF), Armando Ahued.
Ambos están en el Hospital Pediátrico de Tacubaya, a donde fueron trasladados, luego que en el Hospital de Balbuena, el mayor sufrió un paro cardiorrespiratorio.
La madre y el padre de los pequeños, de la familia Vicencio Hernández, no quieren hablar con los medios de comunicación, pues están muy dolidos por la tragedia. Ella, una joven de 24 años, está destrozada por el sentimiento de culpa, pues afirma que los dejó un momento bajo llave, para traerles de comer y su sorpresa al regresar fue el ver su departamento en llamas, según explica el secretario Armando Ahued, quien acudió a ese nosocomio con el mensaje de consternación del jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, y para ofrecer el apoyo incondicional. “Vamos a darles un apoyo psicológico urgente, pues obviamente la señora tiene sentiemientos de culpabilidad”, afirmó Ahued.
Hasta ayer las autoridades no habían determinado las causas del incendio pues la mujer comentó que no tenía veladoras, mientras que la Secretaría de Protección Civil capitalina, mencionó que no hay indicios de un cortocircuito.
Asimismo, la Secretaría de Seguridad Pública del DF (SSPDF), informó que el policía Ernesto Ireta se metió al lugar del incendio con extintores y se acabaron las cargas, por lo que usaron cubetas con agua. Ernesto oyó los gritos de un niño que pedía auxilio y pidió que lo mojaran para entrar al fuego; luego de dos intentos vio la cabeza de un niño, era el de tres años, y lo pudo sacar cargando.
Los tres menores, según las indagatorias, son hijos del jefe de grupo de la Policía de Investigación de la Fiscalía Desconcentrada en Iztapalapa.