Obama no tuvo un buen fin de semana: hace apenas algunas horas fue dado a conocer un nuevo reporte elaborado por el Departamento del Trabajo sobre el estado de la economía y la creación de empleos en Estados Unidos y el panorama no pinta bien para el presidente demócrata y sus intenciones de ser reelecto por otros cuatro años en la Casa Blanca.
El reporte indica que el desempleo continúa por arriba del 8% y que durante junio apenas fueron creados unos 80 mil empleos. Los analistas económicos del presidente esperaban que julio abriese con las noticias de un menor desempleo, pero no se cumplieron sus expectativas. Por ello, los republicanos han empezado una nueva estrategia de ataque frente al presidente demócrata: hablar de la elección como si fuera un referéndum al mismo Obama, a sus promesas de campaña de 2008 y en específico sobre el estado de la economía.
Por ello, durante el fin de semana, algunos de los más prominentes líderes del Partido Republicano hicieron una pasarela mediática para empezar a empujar este tema en las principales cadenas de televisión. Entre estos, John Boehner, el Speaker de la Cámara de Representantes, y Reince Priebus, el líder del Partido Republicano, así lo apuntaron en Fox News y en CNN.
Hoy los republicanos regresan al tema que los sacó a ellos de la Casa Blanca en 1992, cuando Bill Clinton, un joven demócrata de Arkansas, humillara al entonces presidente George H. Bush al insultarlo diciéndole estúpido y cambiar con tal diatriba la narrativa de esa elección de forma dramática. De esa manera, Clinton obligó al presidente Bush a hablar menos de la política exterior, su zona segura, y a hablar más de la economía de inicios de los 90, su flanco débil.
Veinte años más tarde, los republicanos parecen interesados en repetir el tono de esa elección. Cuando Obama se siente seguro al presumir el retiro de las tropas estadounidenses de Irak, hablando sobre la relación entre Estados Unidos y Europa, explicando cómo Alemania está salvando la zona euro casi de forma solitaria o recordando el Premio Nobel que ganó, los republicanos quieren hablar de la economía y de los próximos cuatro años, pero con algunas desventajas.
Mitt Romney no ha logrado conectar ni con la base republicana más dura, los votantes republicanos más conservadores, ni tampoco con los votantes independientes. Para ambos, Romney es un multimillonario que vacaciona en New Hamsphire con toda su familia, a bordo de yates lujosos y sobre quien empiezan a caer sospechas de que tiene cuentas millonarias en paraísos fiscales, un "pecado mayúsculo" para los votantes que enfrentan diariamente una economía que no logra superar aún el temor a una nueva recesión.
De poco ayudaron esas fotos de las vacaciones de Romney, que circularon en varios medios estadounidenses, y aunque el fuego prendido por la información de las presuntas cuentas del candidato republicano en las Islas Caimán ha sido formalmente desmentido por voceros de su campaña meses después de la irrupción del movimiento Ocuppy Wall Street prevalece aún una fuerte desconfianza hacia quienes, como Romney, representan el 1% de la clase más acaudalada de Estados Unidos. Por ello, hablar hoy exclusivamente sobre la economía no parece ser tampoco la mejor apuesta para los republicanos.
Para varios es un hecho el que Romney no ha sido lo suficientemente disciplinado para llevar adelante una campaña exitosa. Algunos liderazgos republicanos incluso cuestionaron el que su candidato presidencial se tomara unas vacaciones cuando aún viene la parte más importante de la elección y cuando las encuestas siguen sin favorecer al republicano.
De hecho, las encuestas nacionales siguen arrojando una ligera ventaja para Obama. La más reciente de Gallup continúa con la tendencia de darle una ligera ventaja a nivel nacional frente al republicano y aunque en el sistema electoral de Estados Unidos realmente poco importa quién tenga una ventaja nacional, ya que al presidente lo elige el llamado Colegio Electoral a través realmente de 50 elecciones estatales, lo cierto es que Obama presume las encuestas en cuanto evento de campaña puede y delante de cuanto donante potencial de dinero encuentra.
Por todo ello, algunos estrategas republicanos ahora quieren probar una nueva ruta: que Romney compita con Obama en su imagen de líder del mundo. En breve el candidato presidencial republicano saldrá en su primer tour internacional con paradas en Israel, el Reino Unido y se está pensando en traerlo a la capital alemana y a Polonia. Con ello, los republicanos desean mandar el mensaje de que también en los temas en los que Obama se muestra fuerte, los republicanos pueden competir. El problema es que nadie parece darse cuenta de que el tema de la economía no les ha funcionado aún, pues la diatriba que Clinton le lanzara a Bush en 91, no parece funcionar con Romney y Obama, al parecer no es la economía, es el mal candidato...
Politólogo e Internacionalista
Twitter @genarolozano