Tutela. Logan y Gerardo decidieron entablar un vínculo familiar luego de 13 años de conocerse; llevan 18 meses viviendo juntos.
Logan es huérfano de madre, y a su padre biológico no lo conoció. Es seropositivo, portador de VIH. Creció en la Casa de la Sal, que da alojamiento y atención integral a niños, niñas y adolescentes que carecen de recursos y viven con VIH o Sida.
A los cinco años conoció a Gerardo, un hombre que a lo largo de una década visitó a los niños de este centro infantil y juvenil. Él acudía cada fin de semana, y fue estableciendo un vínculo particular con Logan.
Con el tiempo la Casa de la Sal instrumentó el programa "Tutores para la vida". Entonces Gerardo comenzó a ser el tutor del niño.
Transcurrieron 13 años. Gerardo siguió asistiendo a la Casa de la Sal. Llevaba a los niños al cine, al teatro, a comer. Se sentaba a hacer la tarea de cálculo con Logan.
Logan cumplió 18 años, y como regalo quiso hablar con Gerardo para proponerle que lo adoptara. "Era lo que más deseaba. Vivir en su casa. Quedarme ya para siempre con él. Gerardo siempre me cuidó, me protegió. Recuerdo una vez que yo quería irme a Acapulco con toda la banda de la Casa de la Sal y él no me dejó porque tenía fiebre. Al principio me enojé, pero después entendí que él sí se preocupaba por mí", dice Logan, un joven con lentes modernos, cabello negro y algo tímido. Gerardo tiene 40 años.
Gerardo sabía de la posibilidad de adoptar a Logan y que implicaba una gran responsabilidad, pero ignoraba si estaba dispuesto a tomarla. Luego de pensarlo, ambos decidieron que Logan dejaría la Casa de la Sal. Llevan 18 meses viviendo juntos. Logan estudia de 4 a 10 de la noche. Pero antes de irse sabe bien que las reglas de su nueva casa son estrictas. Gerardo es una persona ordenada, y como tal le inculca orden y disciplina a Logan.
Gerardo no tiene pareja. En diciembre de 2011 Logan tuvo una recaída muy fuerte que lo llevó a estar internado durante cuatro meses. "Todo comenzó como una gripe que se convirtió en pulmonía", dice Gerardo, quien tuvo que dejar temporalmente su trabajo para cuidarlo de tiempo completo, dice Gerardo que recuerda esos días como los más apremiantes que ha vivido.
Para Logan, Gerardo ha sido "el hombre que me ha demostrado que todo se puede con esfuerzo". Para Gerardo, Logan ha sido la persona que le ha permitido encontrar un sentido de arraigo a la vida.
Hoy Logan cursa el último semestre de preparatoria. Quiere ser diseñador gráfico y mientras nos despedimos recuerda que otra regla de la casa es mantenerse en contacto frecuente con su padre, "porque Gerardo se preocupa mucho si me pierde la pista".
"Hablo con él cada vez que voy a la escuela y cuando llego a la casa, y no me quejo. Hoy sé que tengo un hogar y a Gerardo, a mi padre", concluye.
