Un cuidado constante podrá ayudar a que la piel de los labios no se cuartee ni se deshidrate frente a la radiación solar, el viento o la sequedad que podamos tener alrededor. INGIMAGE
Cuidar la piel de los labios es incluso más importante que la de cualquier otra parte del cuerpo, ya que es una de las zonas más sensibles de la piel con sus múltiples terminaciones nerviosas. Si tenemos en cuenta que es además una piel mucho más fina que la del resto del cuerpo, entendemos que necesita una protección adicional contra las agresiones medioambientales. Un cuidado constante podrá ayudar a que esta zona no se cuartee ni se deshidrate frente a la radiación solar, el viento o la sequedad que podamos tener alrededor.
Sin embargo, no hay que confundir un buen cuidado con una sobreprotección, por lo que se recomienda un uso de no más de tres veces al día, sobre todo durante la noche y por la mañana, siempre con los labios limpios. Además, puede también aplicarse antes o después del maquillaje, ya que contribuye a fijar el pintalabios.
El cuidado básico de los labios ha llevado también a la creación de cuidados específicos muy interesantes. El tratamiento anti-envejecimiento es toda una institución, ya que a diferencia de productos que luchan contra arrugas y signos de edad, en este caso se trata siempre de un producto que incide en la correcta hidratación. Sin embargo, también hay ingredientes concretos que trabajan contra el foto-envejecimiento prematuro, la falta de firmeza y la disminución de volumen. Otro de los cuidados específicos más común es el que combate la sequedad y consigue cicatrizar las heridas que provoca una falta de hidratación.
Uno de los problemas colaterales de usar bálsamo labial, tanto en pequeñas como en grandes cantidades, es la posibilidad de que aparezcan más puntos negros. Si la piel de alrededor de los labios recibe una grasa que no necesita, se genera un excedente que suele conllevar que las bacterias que se acumulan bajo la piel produzcan espinillas o granos. En este supuesto, conviene usar un bálsamo poco graso y fijarse en que el producto se adhiere a los labios sin llegar a la piel de alrededor.
Por último, algunas personas consideran que el bálsamo puede llegar a generar una adicción. Sin embargo, no hay ningún estudio probado y los bálsamos que encontramos en tiendas, farmacias y parafarmacias cuentan con una testación dermatológica. Así, parece que la leyenda urbana viene creada del hábito como dependencia: de manera similar a sustancias que sí provocan dependencia –como el alcohol o el tabaco--, acostumbrarnos a usar bálsamo constantemente puede crearnos la falsa sensación de que lo necesitamos más de lo que se requiere, por lo que podría crearse algún tipo de dependencia.
