Esculturas en movimiento
¿Alguna vez jugaste a las estatuas de marfil? Todos se quedaban quietos como esculturas, algunos trataban de no parpadear, otros hacían una mueca graciosa para conservar la postura y los más listos simplemente cerraban los ojos para no perder tan fácilmente. El escultor Álvaro Castaño Orozco, intenta darle a sus esculturas ese toque de vida y movimiento.
Las esculturas no tienen por que ser siempre frías o sólidas, por el contrario, Álvaro Castaño, quién lleva 15 años realizando el arte escultórico, busca darles vitalidad y calidez.
En entrevista con el escultor, comenta su motivación para crear un tipo de arte diferente “hemos buscado siempre en nuestras esculturas que se sienta el siguiente paso, se busca impulsar al espectador a echar a volar su imaginación, a saber qué va a hacer la figura o qué es lo que va a pasar”.
Sentir que una obra trasciende, que se queda tu trabajo para siempre, poder decir 'yo hice esto' y sobre todo que a la gente le guste es el alimento del artista”, señala Álvaro Castaño y asegura que la mayor satisfacción como escultor es la apreciación del público, más allá de la remuneración económica.
Esculturas como “El Papa Juan Pablo II”, que se encuentra ubicada en la rotonda del bulevar con el mismo nombre, o como “El homenaje al adulto mayor” situada en la Plaza de Armas, son creaciones de Álvaro Castaño quien ha aportado con su arte elementos que permanecerán en la región. Actualmente Castaño trabaja en la realización escultórica de la Virgen de Guadalupe, obra que medirá dos metros y medio, fundida en bronce, conservando su manto en el tono verde original.
TODO COMIENZA ASÍ…
Castaño nunca soñó con ser escultor, “los grandes hicieron sus primeras esculturas desde los tres años, o tenían sus primeras exposiciones a los seis, yo no”. Ingeniero topógrafo de profesión con vocación de pintor, fue incursionando por circunstancias ajenas al mundo del arte.
Portar el título fue la condición para seguir desarrollándose en la pintura, sin pensar que un día llegaría a ser escultor. La transición entre las artes sucedió durante una convalecencia que tuvo Castaño, estando en cama, sin poderse desplazar comenzó a manipular la plastilina, descubriendo que tenía habilidad para crear figuras artísticas.
“Considero que ser escultor es una profesión, todos tenemos un sinfín de talentos y podemos realizar muchas cosas, pero también hay que desarrollar habilidades para generar creaciones”.
Dejar de lado una ingeniería para dedicarse completamente al arte fue un cambio muy grande, sin embargo, Castaño tenía la inquietud de pintar, dibujaba todo el día en la escuela aunque sabía que debía terminar satisfactoriamente su carrera profesional.
“Yo empecé sin batallar, ni pasé hambres, como varios artistas que la han sufrido, tal vez muy cómodamente tuve éxito en mis primeras exposiciones, me fui abriendo paso, pero es difícil y en estos tiempos más”.
EL ARTE TAURINO
Álvaro Castaño se ha especializado en el arte taurino, exigiendo mucho movimiento en sus piezas, motivando al público a descubrir qué es lo que hará el toro, la fuerza con la que se mueve e incluso cuidando los detalles como la respiración de dicho animal para agregarle un sentido de realidad. Se trata de incluirle alma a la figura para que ésta deje de ser dura.
El también escultor taurino Raymundo Cobo influyó notablemente en Castaño, el tema de elección es considerado sencillo, más no llevarlo a cabo en la realización. Grandes artistas como Goya o Picasso han incursionado de igual manera en la representación taurina. “Es una fiesta muy completa, tiene pintores y escultores exclusivos, músicos e incluso poetas que le cantan a la fiesta brava, es una de las fiestas más bonitas, por lo mismo me incliné hacía ella para inmortalizarla, además mientras la escultura tenga movimiento, yo querré realizarla”, asegura.
UN PROCESO FIRME
Muchas esculturas son dignas de admiración, pero de igual manera es el proceso que requieren para su elaboración. Primero se sacan medidas a escala de la figura que se va a realizar para después fabricarle un armazón que fungirá el papel de esqueleto de la pieza, se dan volúmenes con yeso y nieve seca para después crear la pieza en plastilina. Teniendo la figura en la arcilla o plastilina especial, se van añadiendo los detalles, ya sea rostro, manos o textura para después sacar un molde en silicón. El siguiente paso es mantenerla en una caja de fibra óptica, de lo contrario la figura en silicón podría dañarse por la flexibilidad del material.
La cera es otro componente que hace su aparición en la elaboración de esculturas, al igual que la parafina y el ámbar que le aportan resistencia a la figura. La cera se quema en el proceso de fundición el cuál dura dos días. Al evaporarse la cera, queda registrado un hueco en donde se vacía el bronce con una temperatura de entre 900 y 1,200 grados centígrados. Posteriormente se añaden detalles con herramientas como el cincel, martillos y pulidores.
Al leerse podría parecer sencillo, pero el proceso de la creación de una escultura tarda aproximadamente 90 días, de los cuales 45 son dedicados totalmente al moldeo manual de la figura, así como a agregar detalles y un mes completo para la fundición.
APOYO Y DIFUSIÓN
Espacios como La Casa del Artista o La Casa de la Cultura en Gómez Palacio se han prestado para exposiciones artísticas, ya sea de pinturas o esculturas. El apoyo hacía el arte existe, sin embargo, al no ser suficientes es necesario que el artista los busque, tal y como lo ha hecho Álvaro Castaño.
“La difusión y el apoyo artístico impulsarán a la cantidad de artistas que se anidan en la región, tanto condiscípulos como a las nuevas generaciones que apenas empiezan”.
Para Álvaro Castaño su mejor obra siempre será la siguiente, ya que eso lo motiva a superarse y a buscar siempre lo mejor, con el objetivo de no encontrarlo para seguir creciendo.
“Después de la cima lo único que queda es la bajada… prefiero seguir subiendo”, asegura el escultor.
Ninguna escultura es completamente fría mientras se le agregue alma, movimiento y vida.