Eso que llaman intercampaña

Estamos en un periodo que se llama intercampaña. Del 15 al 29 de marzo, una vez terminadas las precampañas y antes del inicio de las campañas formales, la ley electoral de 2007 ha establecido un lapso de seis semanas en el que los aspirantes a cargos de elección popular no pueden participar en actos públicos ni en anuncios de radio y televisión.

Esta pausa, en un momento en que los partidos ya han escogido a sus candidatos aunque los tribunales todavía puedan estar considerando cuestionamientos y apelaciones, detiene de manera total el proceso electoral y favorece, inevitablemente, a los candidatos que se encuentran en primer lugar en las encuestas, en el caso de la elección presidencial a Enrique Peña Nieto del PRI.

Una vez más los políticos se muestran sorprendidos por las consecuencias de la legislación que ellos mismos aprobaron en 2007. Detener el proceso electoral en un momento en que éste apenas empieza a acumular inercia parece la peor medida que uno hubiera podido imaginar. Pero esto es precisamente lo que los políticos pusieron en la ley electoral cuando la aprobaron en 2007.

La verdad es que la nueva ley ha generado un proceso electoral muy complicado, lleno de restricciones de todo tipo. Una de las múltiples sanciones del IFE en el actual proceso, por ejemplo, se aplicó al Partido Acción Nacional debido a que Josefina Vázquez Mota fue identificada como ‘candidata’ en un anuncio que se emitió durante la precampaña, cuando todavía contendía con otros dos rivales por la candidatura oficial del partido. De poco sirve que el Diccionario de la Real Academia Española defina el término ‘candidato’ como una persona que pretende algún cargo. El idioma que habla el IFE es, al parecer, distinto al español.

Más inquietante, sin embargo, es que otra razón para la sanción al PAN haya sido el hecho de que Vázquez Mota haya propuesto en ese anuncio la creación de una fiscalía especial contra la corrupción. Los consejeros del IFE señalaron que en la precampaña no se podían presentar los puntos de una plataforma electoral. Esto significa que en la precampaña los electores con posibilidad de votar, en ese caso los miembros y adherentes del PAN, podían votar por algún precandidato por su cara bonita pero no por sus propuestas concretas para el país.

En el actual periodo de intercampaña las dudas sobre lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer son enormes. El propio candidato ‘virtual’ de los partidos de izquierda a la presidencia de la república, Andrés Manuel López Obrador (todos son candidatos ‘virtuales’ hasta el 29 de marzo, cuando se declarará su condición como candidatos oficiales) me decía que él mismo no sabía a qué lo facultaba la ley en este tiempo de intercampaña.

La ley del 2007 significó un deterioro muy importante en la calidad de la legislación electoral de nuestro país. Los políticos han creado un sistema complicado que los mismos políticos que aprobaron las reglas en 2007 hoy consideran injusto. Quizá lo debieron haber pensado cuando aprobaron las enmiendas a la Constitución y al Código Electoral. O quizá aprobaron los cambios, como suelen hacerlo, sin darse cuenta de lo que estaban haciendo.

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