En una demostración más de que el gobierno emplea doble pesa y medida en el caso Mexicana de Aviación, mientras a ésta le coloca una serie de obstáculos para regresar a las pistas, a una firma española le tiende una alfombra para operar, concesión al calce, el Ferrocarril Chiapas-Mayab
Tan evidente es el doble rasero, que la posibilidad habla, incluso, de modificar la ruta hacia escenarios más redituables… sin pagar derecho de vía ni presentar los proyectos ejecutivos que reclama la ley.
Peladito y en la boca.
La inaudita prebenda apunta a la empresa ibérica grupo Azvi, quien le intenta comprar los activos de la línea ferroviaria a la firma Viabilis Holding, representada por Pedro Topete, quien a su vez los adquirió en 2008 de la Compañía Ferroviaria Chiapas-Mayab, filial mexicana de la empresa estadounidense Genesee & Wyoming.
La operación de la ruta que corre por la rica zona del Soconusco hasta llegar a la frontera con Guatemala, pasando por Campeche y Quintana Roo, la tendría la firma Tracción Rail.
El caso es que en la fase previa a la operación, Viabilis quiere modificar la ruta para llevarla hasta la Riviera Maya y al puerto de Dos Bocas, ubicado en Tabasco… sin modificarse el Título de Concesión ni pagar los derechos de vía.
A quién le importa si la Ley del Servicio Ferroviario establece que las concesiones son intransferibles.
A quién le importa si el puro traspaso de acciones y activos no puede incluir la concesión ¿O no se exige borrón y cuenta nueva a la firma Med Atlántica para operar Mexicana de Aviación?
Lo grave del caso, además, es que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, vía la Dirección de Transporte Ferroviario, encabezada por Arturo Rivera Magaña, pretende el cambio de dueño sin allanar aún un viejo conflicto con la concesionaria original, es decir, Genesee & Wyoming, quien salió del país en 2007 ante lo que calificó de incumplimiento de compromisos por parte del gobierno.
La compañía habrá adquirido la concesión a 30 años, de los cuales sólo se habían consumado 22.
La SCT la acusó de abandono de ésta, procediendo a embargar parte de los bienes que había dejado.
Lo cierto es que la empresa era inoperable tras la destrucción en 2005 de parte del tejido ferroviario de la ruta, ante la furia del huracán "Stan".
La bitácora de daños hablaba de la pérdida parcial o total de 283 kilómetros de vía; el deslave de ocho puentes, con daños en 56 más, entre los poblados de Arriaga y Tapachula, y el corte del acceso de Tonalá a Ciudad Hidalgo y el puente internacional Tecun Uman de Guatemala.
El percance dejó varados a 537 furgones de carga, de los cuales 128 pertenecían al propio ferrocarril Chiapas-Mayab, 167 eran propiedad de la Nación, 179 de particulares nacionales, y 68 de compañías extranjeras.
La mayoría, ante la morosidad del gobierno para reparar los daños y la negativa de la empresa estadounidense a poner su parte, se ha vuelto chatarra.
La reacción de la SCT llegaría hasta 2008, cuando planteó una inversión de 150 millones de dólares para devolverle viabilidad a la ruta planteada desde su inicio como estratégica. Esta se planeó venderla al Ferrocarril del Sur, propiedad del Grupo México de Germán Larrea Mota Velasco.
La operación se frustró ante la posibilidad de que la Comisión Federal de Competencia la vetara, dada la concentración alcanzada por ésta.
Como usted sabe, dueña del troncal Ferrocarril del Centro, uno de los tres en que se dividió el sistema a su privatización en el gobierno zedillista, el Grupo Minero adquirió un segundo, es decir, el Ferrocarril del Sureste.
A partir de la salida de Genesee & Wyoming, el ferrocarril Chiapas-Mayab quedó en manos de la empresa paraestatal Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, que encabeza Gustavo Baca.
Mexicana no; españoles sí… por más que sean también españoles los nuevos dueños de la línea aérea.
BALANCE GENERAL
Esta mañana se celebra en las instalaciones de la Secretaría de Economía la última audiencia convocada por la Unidad de Prácticas Comerciales Internacionales para cerrar el procedimiento solicitado por Bachoco por supuestas prácticas desleales de comercio en su modalidad de dumping o precio inferior al de su mercado de origen de exportaciones de pierna y muslo de pollo procedentes de Estados Unidos.
Calculado ya el monto de éste en el farragoso procedimiento iniciado hace más de un año, las señales apuntan a que se les impondrá una cuota compensatoria a su ingreso al país a dos de las empresas gigantes del ramo: Tyson y Pilgrims.
MIFEL A BOLSA
El siguiente paso, tras la exitosa colocación en los mercados internacionales de deuda de papeles por 150 millones de dólares por parte de Banca Mifel, es colocar parte de su capital en el piso de remates de la Bolsa Mexicana de Valores. El paso se daría entre el año entrante y el 2014.
La firma financiera había recibido originalmente una inyección de 25 millones de dólares por parte del brazo de banca de inversión del Banco Mundial.
Lo inaudito del caso es que gran parte de los bonos de deuda, bajo la modalidad de obligaciones subordinadas con tratamiento de capital, intermediadas por Credit Suisse, los adquirieron inversionistas de Estados Unidos, Argentina, Chile, además de Suiza e Inglaterra, y con extensión a Singapur y Hong Kong.
La amortización se realizará a 10 años, con una tasa de 9.75%.
SIGUE CARRAL
Por inaudita aclamación, los integrantes del Consejo Directivo del Club de Industriales ratificaron como su presidente a José Carral, en cuyo mérito está el poner al organismo en primera línea como pasarela política y cultural.
No hay figura pública en uno u otro terreno que no haya pasado por el escrutinio de los empresarios integrados al club.
En la asamblea se ratificó como consejeros, entre otros, a Pedro Aspe Armella, Prudencio López, Ernesto Rubio Del Cueto, Luis Téllez y Bernardo Quintana.
En paralelo, ingresaron al grupo Enrique Bremont, Pablo Escandón Cusi y Federico Reyes Heroles.
En sus 50 años de vida el Club de Industriales sólo ha tenido dos presidentes. El primero fue Carlos Prieto López.
SE DESLISTA TMM
Después de una detallada evaluación de su Consejo de Administración sobre los pros y contras, el grupo TMM (Transportación Marítima Mexicana) decidió solicitar el desliste de la cotización de sus acciones en el New York Stock Exchange, la bolsa mayor de Estados Unidos.
La firma de José Serrano Segovia cotizaba paquetes de acciones bajo la denominación American Deposity Shares (ADS's).
Sin embargo, la empresa seguirá cotizando en la Bolsa Mexiana de Valores, lo que permitirá reconocer los derechos de los inversionistas que le apostaron a sus papeles en el país vecino.
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