L A edición de ayer de El Siglo de Torreón informa que un juez estatal había ordenado la detención del extitular del Sistema de Administración Tributaria de Coahuila, Javier Villarreal, por haber violado las condiciones de libertad bajo fianza que recibió para encarar el juicio por irregularidades en la obtención de créditos para el Estado de Coahuila, durante las administraciones de Humberto Moreira y de Jorge Torres.
El fiscal del Estado, Domingo González Favela reveló que la orden de reaprehensión fue otorgada a solicitud de la propia Fiscalía pues el señor Villarreal no se presentó en tres ocasiones a identificarse en el juzgado, y reconoció que la dependencia a su cargo está tratando de localizarlo. Incluso dijo que: "Pediremos ayudar a los Estados Unidos y a quien sea, con la Interpol podemos localizarlo en cualquier parte del mundo, si supiéramos dónde está ya hubiéramos ido por él, por lo que nos encontramos tratando de dar con su paradero".
Al transcurrir las horas del día de ayer se supo que Villarreal estuvo detenido en una cárcel de Texas del primero al seis del presente mes. La detención ocurrió cuando el exfuncionario del Gobierno de Coahuila transitaba en un vehículo al cual le faltaba una placa. Al ser detenido por ese hecho, los oficiales involucrados resolvieron hacer una revisión al vehículo en el que se transportaba, encontrando la cantidad de sesenta y siete mil dólares en efectivo, por lo que fue remitido a la ergástula del condado de Smith, Texas, por el presunto delito de lavado de dinero.
Tras cinco días de encierro, Héctor Javier Villarreal ofreció una fianza de 20 mil dólares para recuperar -ahora del lado estadounidense- nuevamente su libertad.
A través de una televisora local tejana, se pudo obtener una foto del detenido. En ella, aparece desaliñado y vistiendo ropa poco menos que informal. Su rostro ciertamente se muestra muy demacrado y ahora usa bigote. Estos rasgos distan mucho de la imagen que apareció cuando fue detenido por algunas horas en octubre pasado en Saltillo para responder por las imputaciones hechas tras conocerse que el Gobierno del estado de Coahuila había obtenido créditos de manera irregular, cuando Villarreal se desempeñaba como pieza fundamental en el engranaje burocrático para la obtención de los multimillonarios réditos.
Toda esta información, que por un lado el fiscal González Favela declare que está aplicado en la localización de Villarreal y que por otro lado el prófugo de la justicia sea detenido por no traer una placa y que circule con 67 mil dólares en efectivo, sencillamente son indicios de que la cosa está podrida por todos lados.
Por supuesto que solamente son suposiciones, pero ¿quién en su juicio traería tal cantidad de billetes consigo, cuando se sabe que introducir a un país más de diez mil dólares sin declararlos en la aduana es ya en sí un delito?
¿Cómo se le puede creer a la Policía de Coahuila que realmente está buscando al extitular del desaparecido Satec si el señor aparece en el estado vecino de Texas tan campante y con tanto dinero en los bolsillos?
No cabe duda que todo esto no es más que otro episodio de la historia oscura del endeudamiento de Coahuila durante el sexenio que concluyó apenas el último día de noviembre pasado y que el nuevo gobernador, Rubén Moreira, no muestra en lo absoluto voluntad real de aclarar a dónde fueron a parar los más de 34 mil millones de pesos que ahora debemos los coahuilenses y ni siquiera tiene a un solo detenido en prisión por el gigantesco daño patrimonial que le ha infringido a los habitantes de esta entidad federativa.
A Héctor Javier no se le ve del todo bien en la foto de su nueva detención, pero peor es el horizonte de las finanzas del gobierno que él manejó bajo las órdenes del profesor Humberto Moreira, y de Jorge Torres.
Por un simple sentido de responsabilidad y justicia, habría que hacer comparecer a Villarreal a las autoridades correspondientes, sencillamente por incumplir la obligación de presentarse a firmar semana a semana mientras se desahoga su proceso.
Qué pena que el fiscal del Estado se entere del paradero de quien dice estar buscando por los medios de comunicación. Pero si de algo le sirve, el señor en cuestión está en Texas.