Castillo de Hogwarts. Es sólo un modelo; para los fanáticos de Potter ya es un sitio de peregrinaje.
El castillo de Hogwarts está listo para recibir a una multitud de Muggles. Aquí, en un estudio cinematográfico cerca de Londres, se erige el verdadero Hogwarts. O al menos un modelo monumental de la escuela de hechicería ficticia usada en las ocho películas de Harry Potter.
El castillo minuciosamente detallado forma parte del clímax de The Making of Harry Potter (Cómo se hizo Harry Potter), una visita entre bambalinas al complejo de cobertizos y estudios de sonido de Warner Bros. donde se rodaron las taquilleras cintas entre el 2000 y el 2010.
LOS FANS LO QUIEREN Quizás sea sólo un modelo, pero para los fanáticos de Potter ya es un sitio de peregrinaje. “Tuve que pararme literalmente 10 minutos tan solo para asimilarlo”, dijo Cee Anatole, quien trabaja para un cibersitio de seguidores de Potter y pudo entrar al lugar antes de su apertura al público el sábado. “La atención al detalle es simplemente impresionante”.
Warner Bros. espera que el público general reaccione con igual entusiasmo. Anticipa que unas 5 mil personas visitarán a diario la atracción, con sus platós, modelos, material de utilería y vestuario originales. El primer set -el más espectacularque encuentran los visitantes es el Gran Salón de la escuela de Hogwarts, con sus pisos de piedra, arcos góticos, gárgolas y enorme chimenea.
Luego está el dormitorio donde dormía el joven mago, la oficina del director Albus Dumbledore, la cabaña del gigante Hagrid y Diagon Alley, la mágica calle que alberga la tienda de varitas Ollivander y el negocio WizardWheezes de los Weasley. El tour es un festín abrumador en cuanto a detalle. Las exhibiciones van desde los suéteres auto-tejidos de la Sra. Weasley hasta las cajas de cereal Cheery Owls, botellas de pociones llenas de tritones plásticos y verdaderos huesos de animales y 17 mil cajas de varitas mágicas pintadas individualmente.
Es nirvana para los seguidores de Potter y obsesos de la serie, quienes pueden ver a los diseñadores hablando de su trabajo en cortometrajes, montar una escoba voladora en una sala de efectos con pantalla verde y ver cómo el maquillaje, protética y animatrónica dieron vida a cientos de criaturas mágicas.
El objetivo es rendir homenaje a los cientos de técnicos y artesanos que reinventaron el mágico universo de la autora J.K. Rowling para la gran pantalla. Claramente Warner Bros. está orgullosa de su nueva atracción.