Estalla violencia por toma de Peña
Una jornada de protestas en la Ciudad de México acompañó el arribo de Enrique Peña Nieto a la Presidencia y tuvo como saldo decenas de detenidos, 100 lesionados, 4 policías heridos, 5 patrullas afectadas, daños en comercios, hoteles y mobiliario urbano, bombas molotov y hasta una granada de fragmentación aseguradas. Las responsabilidades penales podrían ir de 5 a 30 años de cárcel.
Petardos, bombas molotov, gases pimienta, balas de goma, piedras, palos, cristales rotos, vallas, escudos, toletes, ambulancias, patrullas, caras cubiertas con pañoletas, máscaras antigases, cabezas rotas, susto de transeúntes... El centro de la Ciudad de México en vilo. "¿Qué demonios pasa?", se preguntó un hombre en su camino sobre Reforma.
Sucedió que Enrique Peña Nieto tomó protesta como Presidente y afuera de la Cámara de Diputados se congregaron desde las 6:00 de la mañana manifestantes. Unos identificados como intengrantes del movimiento #YoSoy132, otros como maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Pero había también jóvenes -y no tanto-, con los rostros cubiertos, que arremetieron contra el cerco de seguridad, desde las 7 de la mañana, cuando comenzaron a arribar legisladores, gobernadores, políticos de todos los partidos, empresarios y los 350 invitados especiales a la ceremonia de la toma de protesta del priista.
Las protestas escalaron en las horas siguientes. Comenzaron las pedradas, los disparon de balas de goma, los choques de los manifestantes contra los escudos de las policías federales y del DF. Desde esa hora y hasta el filo de las 3 de la tarde, los reportes de manifestaciones, enfrentamientos y volencia se mezclaron con las horas de las ceremonias que encabezó Peña Nieto en su primer día de actividades al frente del Ejecutivo federal.
En el salón de plenos de San Lázaro, mientras los "choques" se sucedían, cada partido subía a la tribuna para cumplir con eso que llaman posicionamiento. Los de izquierda reclamaron el operativo de seguridad, denunciaron la confrontación que en ese momento transcurría en el perímetro de San Lázaro y Ricardo Monreal, diputado del Movimiento Ciudadano, hasta proclamó un muerto: Carlos Jahir Valdez, que resultó con heridas graves en un ojo, a causa de una bala de goma, al parecer.
De pronto, su nombre saltó a las redes sociales, que lo identificaron como muerto en la confrontación con policías. No sucedió así. Al menos hasta las 3:30 de la tarde. A esa hora Ebrard aseguró que no había reporte de alguna persona fallecida.
A Carlos Jahir lo trasladaron a la Cruz Roja de Polanco, donde había otros tres lesionados. El gobierno capitalino informó de otros cuatro heridos en las horas siguientes por los petardos lanzados por los grupos de manifestantes que, al concluir la ceremonia en San Lázaro, se trasladaron hacia el Zócalo. Iban tras Peña Nieto, que pasado el mediodía abandonó la Cámara para trasladarse a Palacio Nacional, donde ofreció un discurso, tomó protesta a su gabinete.
En el Zócalo, las autoridades capitalinas y federales instalaron cercos de seguridad para cerrar el paso a los manifestantes y los frente de "choque" se desplegaron: la calle de Madero, avenida Juárez, la Alameda, recién remodela, el perímetro del Monumento a la Revolución, la Glorieta a Colón, distintos puntos de Insurgentes y Reforma.
Sirenas, breves truenos de petardos, sonidos de botas y cabezas en el asfalto, lluvias de piedras sobre cascos y escudos, golpes secos, cristalazos a restaurantes y el hotel Hilton, bancas públicas separadas del concreto y hasta postes de luz arrancados de cuajo.
Los comercios de la zona, los que pudieron, bajaron las cortinas. Otros no alcanzaron a prevenirse. Los daños son cuantiosos y el procurador general de Justicia del DF, Jesús Rodríguez Almeida, advirtió que habrá consecuencias legales. En la agencia 50 del Ministerio Público, la autoridad comenzará las indagaciones por daño en propiedad ajena, ataque a la paz pública y agravado en pandilla.
Desde el Ángel de la Independencia Andrés Manuel López Obrador condenó la violencia, dijo que no había motivo para usar la fuerza y por esos hechos pidió la renuncia del nuevo secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y del subsecretario de Seguridad y encargado del despacho, Manuel Mondrágón. Mientras López Obrador covocaba a sus simpatizantes a la desobediencia civil pacífica, en el centro de la Ciudad de México seguían las carreras de decenas de personas, principalmente jóvenes, que huían de la Policía para evadir su detención. Será difícil saber quién hizo qué, entre tanta confusión.
A quienes señalaron como responsables, los identificaron como "anarco-punks", otros aseguraron que se trataba de miembros de la organización Frente Popular Francisco Villa. Para entonces, el Movimiento #Yosoy132 ya se había deslindado de los hechos a través de sus distintas cuentas en Twitter.
El caos, sin embargo, no nubló el ánimo de la clase política reunida en torno del nuevo Presidente ni entorpecieron su bitácora.
Las manifestaciones nunca atravesaron los cercos de seguridad que protegieron los cuatro trayectos de Peña Nieto y sus comitivas: de su casa en Las Lomas de Chapultepec hacia la Cámara de Diputados; de San Lázaro a Palacio Nacional; del Zócalo al Campo Marte, y de allí a Los Pinos para encabezar la comida que celebró la vuelta del PRI al poder, luego de 12 años en la oposición.
Protestan en estados
Grupos afines al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se manifestaron en por lo menos nueve entidades en contra de la llegada a la Presidencia de la República del Presidente Enrique Peña Nieto.
En Oaxaca, apoyados por YoSoy132 y maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), varios cientos de opositores a Peña Nieto marcharon en el primer cuadro de la capital con pancartas.
En Hidalgo, integrantes del Grupo de Diversidad Sexual y de Morena protagonizaron un conato de bronca al disputarse el quiosco de la Plaza Independencia de Pachuca para realizar sus manifestaciones.
En Culiacán, un reducido grupo de miembros de Morena se manifestó y desfiló por la principal avenida y realizó un mitin a un costado de la Catedral, pero sin afectar siquiera el tránsito vehicular.
En La Paz, Baja California Sur, varias organizaciones, Morena, PRD, Partido del Trabajo y maestros, se congregaron en las inmediaciones del palacio de gobierno para expresar su inconformidad en contra de Peña Nieto.
En Hermosillo, Sonora, unas 70 personas realizó una marcha contra lo que consideran una "imposición".
En Campeche, los opositores rompieron piñatas alusivas al regreso del PRI a la Presidencia de la República.
En Guadalajara, Morena y YoSoy132 organizó una pequeña manifestación contra el presidente de la República.
En Torreón, Coahuila, un centenar de integrantes del Frente Nacional Contra la Imposición organizaron una marcha.
En Chilpancingo, Guerrero, un grupo de Morena y del PRD marcharon contra la imposición y cuestionaron lo que consideraron "agresiones" a sus compañeros en la Ciudad de México.