Miles de inmigrantes indocumentados estarán exentos cada año, a partir de ayer, de someterse a procesos de deportación federal, en caso de que sean arrestados por la Policía de Nueva York, si se comprueba que no cometieron ningún crimen.
Activistas y organismos civiles celebraron la entrada en vigor de la nueva ley de inmigración de la ciudad, que dispone que las autoridades locales sólo reportarán a inmigrantes indocumentados que hayan sido sentenciados por una ofensa criminal.
Las autoridades de la ciudad no tienen ya la facultad de reportar a un indocumentado ante la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) si los cargos en su contra fueron retirados, si es culpable sólo de una falta administrativa o si es ofensor juvenil.
Antes, cualquier persona que entrara en contacto con la Policía de la ciudad era referida al ICE, que podía comenzar un proceso de deportación.
El proceso se realizaba aunque se comprobara que la detención del sospechoso había sido ilegal, se le retiraran los cargos o se demostrara que la falta era menor, como irrespetar un semáforo con luz roja.
"Comenzando desde hoy, miles de neoyorquinos que se encuentran en cárceles de la ciudad, pero que no han sido sentenciados serán protegidos de ser deportados", afirmó Melissa Mark-Viverito, asambleísta local que promovió la iniciativa el verano pasado.
En un comunicado distribuido por el organismo Haz Camino Nueva York, Mark-Viverito indicó además que trabajará de cerca con organismos civiles y con la comunidad para asegurar que los inmigrantes neoyorquinos conozcan la ley y hagan respetar sus derechos.
"Con esta ley en vigor se manda el fuerte y unido mensaje de que esta ciudad no permitirá que inmigrantes inocentes, que no suponen ningún riesgo, sean detenidos y deportados debido a un inadecuado sistema de inmigración", enfatizó por su parte la líder de la Asamblea local, Christine Quinn.
