Antes de los tres granadazos lanzados en el domicilio del ex procurador General de Justicia de Tabasco (PGJT), Gustavo Rosario Torres, tres meses antes el ex funcionario fue amenazado con una pistola por un sujeto, camino a su rancho, denunció el propio ex funcionario estatal.
Igual habían ingresado y robado en su casa, donde del cuarto de su hijo hurtaron una pantalla de televisión y una laptop, comentó en entrevista radiofónica del programa "Telereportaje".
"Yo entiendo que ese fue un primer mensaje, cenaron en la azotea de mi casa, sacaron cosas del refrigerador, cenaron en la azotea, sacaron hasta tortillas", relató.
Dijo que en su rancho le han robado en siete ocasiones, desde un transformador hasta cortadora de pasto, ilícitos que denunció en dos ocasiones sin resultado alguno.
Sobre las investigaciones de las tres granadas que estallaron en su vivienda la madrugada del domingo, el ex procurador dijo preferir que sean las autoridades federales las que intervengan en este asunto, pues desconfía de la institución que presidió del 1 de enero del 2007 a julio de 2008.
Rosario Torres, con algunas contradicciones y generalidades, especuló que la agresión con explosivos en su domicilio tiene móvil de "carácter político", y de que posiblemente provendría del mismo gobierno del estado, donde fue asesor hasta principios de este año.
Sobre la amenaza de que fue objeto con arma de fuego, Rosario Torres relató que el 28 de febrero de este año, antes de llegar a su rancho, un joven de entre 22 y 25 años, sacó de una cangurera, una pistola Beretta, la tomó con las dos manos y le apuntó, sin que se registrara algún disparo.
Recordó que él reaccionó y recogió del piso de la camioneta el arma de su escolta y chofer, "entonces cuando yo levanto el arma, él (el presunto delincuente) iba metiéndosela y se subió a una motocicleta".
El ex procurador recuerda que a bordo de su camioneta siguieron a su agresor y a otra persona que conducía la motocicleta, y aunque le hubieran dado alcance "fácilmente", finalmente desistió de la persecución.
"Empecé a pensar cuáles eran las posibles implicaciones de que yo le disparara por la espalda, porque el que tenía el arma era yo, el arma no era mía, o lo pudimos haber alcanzado fácilmente, (cuando) se metió a un fraccionamiento", narró.
Gustavo Rosario Torres dijo que coincidentemente esos hechos ocurrieron una semana y media antes de una cena que tuvo con el gobernador Andrés Granier Melo.
Allí, departiendo con el gobernador, "en plática informal donde me preguntó si mi vehículo era blindado y le digo cómo va a ser blindado si es un coche modelo 2006".
"Entonces él me externó que era una preocupación para él cuando terminara su mandato pues que pudiera ocurrir algo de esto", recordó.