"Matrimonio y familia una especie en extinción"
(Segunda parte)
Continuación…
El Amor y Dios. La fe nos confirma lo anterior. Nos dice que, sin lugar a dudas, no hay nada más "sólido", nada más importante y capaz de hacernos plenamente felices que el amor. Por una razón simple y decisiva: porque "Dios es amor" y lejos de constituir una sensación o vibración volátil, el amar se nos presenta así como la realidad "más real": ¡Es nada menos que la sustancia de la cual está "hecho" Dios, el Creador y fundamento de todas las demás cosas! La emoción que experimentamos al enamorarnos se debía a que, al amar, estábamos tocando el misterio mismo de Dios, dejándonos penetrar por él: "Si nos amamos unos a otros, Dios está en nosotros". El amor es la esencia, la vida y la felicidad de Dios. Por lo mismo, nosotros -que fuimos creados "a su imagen y semejanza"- tampoco podremos encontrar vida y felicidad en plenitud sino en el amor. Pero Dios no es sólo "Amor". Él es también "Familia", es una comunidad de amor muy íntima -la Santísima Trinidad- formada por tres Personas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Dios quiere que también nosotros seamos felices con un amor así: capaz de hacernos "familia" como Él. El amor y la familia son inseparables: son dos aspectos de nuestra vocación a ser "semejantes a Dios". Por eso a cada uno de nosotros Él nos regaló una familia donde nacimos: para que allí aprendiéramos a amar, y nos capacitáramos no sólo para formar después nuestra propia familia, sino también, para ayudar a que la humanidad entera se convirtiera en una gran familia de hermanos. Ése era el plan de Dios. Sin embargo, desde el comienzo, el hombre quiso buscar su felicidad por otros caminos: se encerró en su propio egoísmo y rechazó su vocación al amor y a la familia. En ello consistió y consiste el pecado.
Jesucristo, el Amor y la Familia. Sin embargo, el Dios- Amor no nos abandonó. Una de las tres personas de la Santísima Trinidad, el Hijo, vino personalmente a la tierra a salvar el amor humano y nuestra vocación a ser familia. Él vivió 30 años en una familia y nos amó con un amor "nuevo", más poderoso que ninguna fuerza que el hombre hubiera conocido, incluso que la misma muerte. Para que también nosotros pudiéramos amarnos unos a otros como Él nos amó, nos dejó en herencia su propio Espíritu de Amor, que habita en su iglesia. La iglesia es la familia de Dios en la Tierra. Ella tiene por tarea ayudar a cada hombre a descubrir la grandeza de su vocación al amor, y apoyar a cada familia para que llegue a ser una verdadera comunidad de amor. Una y otra cosa las hace Jesucristo, de un modo especial, a través del Sacramento del Matrimonio.
El día de nuestro propio matrimonio, Cristo se acercó a nosotros y se comprometió personalmente a salvar nuestro amor y nuestra vida de familia. Lo principal de ese día no fue nuestro compromiso mutuo, sino el de Cristo con nosotros. Ese día no iniciamos una aventura entre dos, sino entre tres: porque también Cristo se subió a la barca de nuestro matrimonio, y se comprometió a regalarnos toda la felicidad que ese día esperábamos que el amor nos proporcionara, si aceptábamos navegar en el rumbo que Él nos señalara. Para que ello fuera posible, nos ofreció su propia fuerza de amor. Tal vez ese día estábamos tan nerviosos que no fuimos capaces ni de pensar en lo que Él hacía, ni de recibir esa fuerza suya. Además, la confianza en el propio amor nos hacía quizás creer que podíamos salir adelante tan sólo entre los dos. No importa. Porque Dios es fiel y su compromiso con nosotros sigue en pie. El sigue ofreciéndonos hoy el apoyo y la fuerza que nos ofreció ese día. Ésa es nuestra gran esperanza: El que venció a la muerte también puede rejuvenecer y resucitar hoy nuestro amor. ¡Él puede devolverle al nuestro, el "sol" la luz y el calor perdidos!
El pueblo de Siroki-Brijeg en Herzegovina tiene una maravillosa distinción: ¡nadie recuerda que haya existido un solo divorcio entre sus 13,000 habitantes! ¡Tampoco se recuerda un solo caso de familia rota!
El secreto de Herzegovina es sencillo: Los habitantes croatas han mantenido su fe Católica soportando por ella persecución por siglos a manos de los turcos y después de los comunistas. Su fe está fuertemente arraigada en el conocimiento del poder salvador de la cruz de Jesucristo. Ellos saben que los programas del mundo, aunque sean programas humanitarios, de desarme o de paz, por sí mismos sólo proveen beneficios limitados. ¡La fuente de la salvación es la cruz de Cristo!
Este pueblo posee una gran sabiduría que han sabido aplicar al matrimonio y a la familia. Ellos saben que el matrimonio está indisolublemente unido a la cruz de Cristo. Según la tradición croata, cuando una pareja se prepara para casarse, no les dicen que han encontrado a la persona perfecta. ¡No! En vez, el sacerdote dice: "has encontrado tu cruz. Es una cruz para amarla, para llevarla contigo, una cruz que no se tira sino que se atesora". En Herzegovina la Cruz representa el amor más grande y el crucifijo es el tesoro de la casa.
Cuando los novios van a la iglesia traen el crucifijo con ellos. El sacerdote bendice el crucifijo. Cuando llega el momento de intercambiar sus votos, la novia pone su mano derecha sobre el crucifijo y el novio pone su mano sobre la de ella, de manera que las dos manos están unidas a la cruz. El sacerdote cubre las manos de ellos con su estola mientras proclaman sus promesas, según el rito de la Iglesia, de ser fieles el uno al otro, en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, hasta la muerte. Acto seguido los novios no se besan sino que ambos besan la cruz. Los que contemplan el rito pueden comprender que si uno de los dos abandona al otro, abandona a Cristo en la Cruz.
Después de la ceremonia, los recién casados llevan el crucifijo a su hogar y lo ponen en un lugar de honor. Será para siempre el punto de referencia y el lugar de oración familiar. En tiempo de dificultad no van al abogado ni al psiquiatra sino que van juntos ante la cruz en busca de ayuda de Jesús. Se arrodillarán y llorarán y abrirán sus corazones pidiendo perdón al Señor y mutuamente van a dormir en paz en el Corazón porque han recibido perdón del único que tiene poder para salvar. Ellos enseñarán a sus hijos a besar la cruz cada día y no irse a dormir como los paganos, sin dar gracias primero a Jesús. Saben que Jesús los sostiene en Sus brazos y no hay nada que temer.
¡Hermoso en verdad, aprendamos! ¡En su nombre comencemos de nuevo!
Participe en el programa de Lala, "Héroes que inspiran vidas", proponiendo a esos héroes anónimos en la dirección electrónica vidasqueinspiran@gmail.com
"Me sedujiste Señor y me dejé seducir, fuiste más fuerte que yo, y me venciste" Jr. 20, 7. Decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives", "La familia que reza unida, permanece unida", "Sígueme este domingo a Misa". Iniciativa laguna un proyecto de valor y de valores de los laguneros y para los laguneros y el mundo!!! Esperamos como siempre sus comentarios en: despertar_es@live.com. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más artículos de su interés. www.familia.blogsiglo.com
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".