Ni duda cabe: tenemos una gran capacidad de pensar y consecuentemente de imaginar; si usted le suma a lo anterior el inherente deseo de saber y explicarse los hechos de la vida diaria que caracterizan a los seres humanos, entonces comprenderá los porqués podemos aceptar supuestos científicos o, por el contrario, reconocer como verdad ideas que sólo son percibidas como verdades, sin demostración palpable: la fe.
En ese tenor, algunos soñadores e idealistas, imaginan situaciones que confrontan a los humanos con su realidad de la temporalidad: nacemos, crecemos, maduramos, nos reproducimos y morimos, cayendo en la incertidumbre de lo que nos espera después de la muerte física …y de nuevo interviene la fe.
Por ello aparecen ideas descabelladas, como la del fin del mundo, que a decir de algunos, será en el mes de diciembre; el día 21, a las doce horas, para ser exactos.
Así, nuestro cerebro empieza a trabajar y sacar conclusiones, dependiendo de factores personales como inteligencia, constitución física, estado orgánico, desarrollo a partir de nutrición, cuidados de la salud, ambiente y cultura.
El neurólogo Roger Sperry, descubrió que en nuestro cerebro, anatómicamente construido con una parte derecha y otra izquierda, se reparten y especializan en las funciones cerebrales:
El hemisferio derecho, especializado en la percepción global, apoyándonos en la capacidad de sintetizar la información. Gracias a él, comprendemos y entendemos las metáforas, soñamos, creamos nuevas ideas.
El izquierdo procesa la información analítica y contiene la capacidad para las matemáticas, para leer y escribir.
Ambos hemisferios, separados por una masa de tejido fibroso llamado cuerpo calloso, no sólo son especializados, sino que están interconectados y se complementan; de hecho, quienes tienen un equilibrio armónico entre ambos lados, son personas más desarrolladas y capaces de adaptarse al medio y, consecuentemente, tienen las mayores posibilidades de éxito en su vida de relación.
Jenny Teichmin y Catherine C. Evans escribieron "Filosofía, una guía para principiantes", donde abordan la eterna discusión sobre existencia de Dios.
¿Somos producto de la casualidad, postura del materialismo?; o ¿somos parte de un plan superior pensado por el ser supremo?, disyuntiva de todos los tiempos, discutida por la mayor parte de los habitantes del planeta tierra.
Unos defenderán su postura argumentando la existencia de Dios por la fe; los otros afianzados en el pensamiento científico materialista, lo negarán por ser indemostrable.
Los creyentes nos apoyamos en argumentos de "revelación", diciendo: Dios se mostró ante los hombres; milagro sin necesidad de explicación, porque así es, por sí; "la primera causa, la causa final de todo lo causado"; con el pensamiento ontológico afirmamos: un ser omnisciente, omnipotente, completamente perfecto; y refiriéndonos al "diseño": el Universo -o los universos- tienen un orden tan perfecto que es inaceptable sean casualidad.
En contraparte, hay pensadores como David Home -1711-1776- que niega su existencia argumentando "siempre debe haber una presunción contra la existencia de un milagro. Aristóteles sostenía que el mundo ha existido siempre y por lo tanto no hay un ser creador.
La posición materialista científica, asegura que el universo es el resultado de una reacción en cadena, con un fenómeno que bautizaron como "Big Bang" o "Gran Explosión".
Los filósofos cristianos, han hecho defensas con argumentaciones filosóficas, caso de San Anselmo -1033-1109- que defendió la postura de la existencia de Dios, describiéndolo como: "Un ser mayor del cual nada puede pensarse", insistiendo que hay dos tipos de presencia: en la mente y en la realidad y razón. "Si Dios existiera sólo en la mente sería menos perfecto.
Descartes, simplifica con un axioma: "Dios es la idea de un ser perfecto; un ser perfecto debe tener todas las perfecciones; es mejor existir que no existir, es mejor existir en la realidad que existir meramente en la mente de alguien. Luego la existencia, es decir la existencia en la realidad, es una perfección; por tanto: nuestra idea de un ser perfecto es un ser que existe en la realidad. Por tanto, el ser perfecto -Dios- existe en la realidad".
Los filósofos opositores han argumentado que la perfección es un tipo especial de propiedad, no de forma de existencia.
David Hume, agrega que aún cuando se pudiera probar que el universo tiene un diseñador inteligente, esto no demostraría que el diseñador fuera una persona, un sabio o Dios.
Kant (1724-1804) sostenía que es imposible probar la existencia de Dios, sin embargo comentaba que necesitamos creer en Dios y en la idea de la libertad.
Esas afirmaciones llegaron a desembocar en otra discusión: el libre albedrío; la libertad de elegir, que el hombre no poseería si no fuera obra creadora, ya que por la casualidad no puede adjudicarse el sujeto el beneficio del éxito; pero ese es otro tema de discusión: el determinismo contra libre albedrío …y "sin embargo se mueve …"
¿Cuál es su postura?
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