El atleta extremo Felix Baumgartner aterrizó con elegancia ayer tras haber saltado desde una altura de 39,060 kilómetros en la estratósfera, en una temeraria hazaña que lo convierte, según funcionarios, en el primer paracaidista que desciende a una velocidad superior a la del sonido.
Baumgartner aterrizó a salvo en el desierto de Nuevo México unos nueve minutos después de saltar al vacío desde su cápsula a 128,100 pies de altura, y alzó los brazos en señal de triunfo, causando vítores de espectadores y amigos dentro del centro de control en Roswell.
"Cuando estaba de pie encima del mundo, uno se vuelve tan humilde, que no piensa más en romper récords, ni en aumentar la información científica. Lo único en lo que piensas es en regresar vivo", dijo el atleta austriaco después del salto.
Brian Utley, un observador del salto de la Federación Internacional de Deportes de Aviación, dijo que las cifras preliminares muestran que Baumgartner alcanzó una velocidad máxima de 1,342 kilómetros (834 millas) por hora. Eso equivale a Mach 1.24, lo que es más rápido que la velocidad del sonido. Nadie ha llegado nunca a esa velocidad con apenas un traje de alta tecnología.
Baumgartner dijo que viajar más rápido que el sonido es "difícil de describir porque no lo sientes". Sin puntos de referencia, "no sabes qué tan rápido viajas", dijo a periodistas.
"A veces tenemos que llegar muy alto para ver lo pequeños que somos", dijo.
La altitud desde la que saltó marcó también la más alta de la historia para un paracaidista. Los organizadores dijeron que el descenso duró poco más de nueve minutos, aproximadamente la mitad en caída libre. Utley dijo que viajó 36,529 metros (119,846 pies) en caída libre.
Tres horas antes, "el temerario Felix" despegó con rumbo a la estratósfera en una cápsula elevada por un globo ultradelgado lleno de helio. La altura alcanzada es más de tres veces la altura promedio a la que viajan los aviones en altitud de crucero. Una vez en la estratósfera salió de la cápsula y saludó con su dedo pulgar consciente de que su destino se conocería en vivo por internet.
Sintió que perdería el sentido
Felix Baumgartner declaró ayer que durante los primeros momentos de la caída creyó que perdería la conciencia por la "violencia" de la caída y la velocidad del descenso.
"Ha sido más difícil de lo que todos nos esperábamos", declaró en exclusiva en su primera entrevista a la televisión austriaca Servus, propiedad del patrocinador del proyecto.
"Durante unos segundos pensé que iba a perder el sentido", agregó, debido a la violencia de la caída por la velocidad de 1,173 kilómetros por hora que alcanzó en los primeros 40 segundos.
"Estás bajo presión, no sientes el aire", declaró.
A pesar de esos momentos críticos Baumgartner no quiso abrir un paracaídas especial para estabilizar el descenso y dijo que siempre supo lo que estaba sucediendo durante la caída.
"Desde el punto de vista de la conciencia, siempre he sabido lo que sucedía. Ahí arriba es un mundo distinto, el cuerpo reacciona de forma diferente".
Salto
Tres horas le tomó a Felix llegar a la estratósfera.
- Activó su paracaídas al aproximarse a la Tierra y delicadamente planeó hacia el desierto, al este de Roswell.
- 30 cámaras grabaron la hazaña de ayer domingo.
- La transmisión tuvo un retraso de unos 20 segundos.
El paracaidista Felix Baumgartner celebra el éxito de su salto desde 39 mil metros de altura al aterrizar en el desierto de Nuevo México. (EFE)