México: un río revuelto
Se dice que perro no come perro, pero ejemplos de que mexicano come mexicano, sobran. Me refiero a los que a todas luces se aprecian con diversas actitudes y conductas negativas en detrimento de una sana convivencia entre los mismos mexicanos, país donde se escenifica una batalla campal de encono y resentimientos entre connacionales, generados por diferencias, muchas conciliables, pero que por intereses bastardos, negligencia y corrupción no se han ni siquiera atendido en pro de una reconciliación que con carácter de urgente necesita este país para construir solidaridad y patriotismo reales, factores imprescindibles para que unidos tengamos la fuerza de abatir los gravísimos y múltiples problemas que padecemos y que crecen vertiginosamente sin visos ni esperanza presente de construcción de soluciones, por lo que no se aprecia la añorada luz al final del túnel, situación provocadora desaliento y un clima de pesimismo, indefensión y desesperanza social.
Para ejemplos de resentimientos y encono hay muchos botones: trabajadores con patrones; sindicatos con empresas; indígenas con no indígenas; población con policías; entre las mismas policías; individuos de pigmentación morena con blancos; sureños con norteños; el injusto antichilanguismo; entre religiones y sectas; yucatecos con campechanos e innumerables ejemplos más que nos llevan a una disgregación social que representa un terreno fértil para el manipuleo magistral y exitoso de una población de mas de 100 millones de habitantes. La mexicanidad no sólo se exalta con canciones, fiestas y El Grito durante el mes de septiembre, perdiendo de vista que lo verdaderamente importante es la unión, solidaridad y el verdadero amor y respeto a México y a los mexicanos, fórmula infalible para el despegue socioeconómico de nuestra querida nación y así revertir el río revuelto en el México actual y nulificar la ganancia de los perversos.
Cuernavaca, Morelos.
FranciscoBenavides Beyer,
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Más problemas
La falta de permisos provisionales para circular sin placas, generará otros problemas más graves. Con tristeza vemos que el Gobierno del Estado de Coahuila y Durango, con su política restrictiva de los permisos provisionales, sólo dará lugar a que se incremente el uso de vehículos ilegales, que no cuentan con permisos oficiales y sólo portan placas apócrifas sin valor oficial para circular, mismos que sólo están registrados dentro de organizaciones civiles como Onappafa y otras similares, que lucran con estos hechos que violan lo que ordena la ley y que son apoyadas indebidamente por los mismos Gobiernos que ahora sancionan tan sólo a los automovilistas que conducen vehículos nacionales. Asimismo se incrementará el uso de placas sobrepuestas en vehículos que no portan sus engomados que coincidan con las placas y también el uso de placas y documentos falsos que no corresponden el domicilio del vehículo o propietario; todo esto y más será consecuencia de una mala administración pública, que no podrá tener vigente el registro de parque vehicular que transita en la Región Lagunera.
Es necesario que los gobiernos de Coahuila y Durango concedan todas las facilidades para que los propietarios de vehículos nacionales puedan plaquearlos y que se prohíban las organizaciones civiles como Onappafa, mismas que siguen incrementando el uso de vehículos ilegales, sin portar permisos y sin placas oficiales expedidas por el Gobierno del Estado. Si la ley debe aplicarse, ésta debe ser pareja para todos; si no es así, entonces los mismos beneficios que les concedan a los vehículos ilegales, se les debe conceder a los nacionales.
Carlos Campos García.