La Historia del Niño Tonto
Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas se divertían con el tonto del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia que vivía haciendo pequeños regalos y recibiendo limosnas.
A diario, algunos hombres llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 50 centavos y otra de menor tamaño pero de 1 peso. Él siempre tomaba la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risa para todos.
Un día alguien que observaba la grupo divertirse con el inocente hombre, lo llamo a parte y le pregunto que si todavía no había percibido que le moneda de mayor tamaño valía menos y este le respondió: -lo se señor, no soy tan tonto… vale la mitad, pero el día que escoja la otra, el jueguito se acaba y no voy a ganar más mi moneda.
Esta historia podría concluir aquí como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones.
La primera quien parece tonto no siempre lo es.
La segunda ¿Cuáles son los verdaderos tontos de la historia?
La tercera una ambición desmedida puede acabar la fuente de ingreso.
La cuarta y la conclusión más interesante: podemos estar bien, aun cuando los más no tengan una buena opinión sobre nosotros. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan los demás de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo.
Gómez Palacio, Durango.
Arellano Ávila Amparo,
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Pena ajena
Mucho se habla de los avances en lo referente a trasplantes de órganos humanos, incluso las diferentes Dependencias tanto Federales, Estatales y Municipales están haciendo todo lo posible por inculcarnos la cultura de la donación de órganos, ya sea por medio de spots televisivos, publicaciones en periódicos, etc.
Cada persona podrá tomar la decisión de ser donador o no, de acuerdo a sus creencias religiosas, ideas personales o familiares y tantos o más factores que influyan en dicha decisión.
Estoy a favor de la donación de órganos por los motivos de sobra conocidos por muchos de nosotros. Pero, así como existe un gran avance en la medicina, ¿no se podría diseñar un contenedor especial para el traslado de órganos cuando éstos ya han sido donados y van en camino a ser trasplantados a quien los necesita?
Un gran porcentaje de mexicanos vimos a nivel nacional por los noticieros como se les cae un corazón que llevaban en una hielera para ser trasplantado.
¿Será tan reducido el nivel intelectual (que no académico) de nuestras autoridades, que nunca se han puesto a pensar que el traslado de un órgano que va a dar vida o mejor calidad de vida a un paciente, debe ser trasladado en condiciones óptimas, en contenedores especiales para tal efecto?
Da pena ajena ver cómo trasladan esos órganos en hieleras como si fueran cervezas o refrescos, cuando debería existir una logística bien definida para tal efecto, ya que no es la primera ocasión que se ve que utilizan hieleras para estos casos.
Si nuestras autoridades no tienen idea de cómo empezar a diseñar un contenedor especial, que le pregunten a un paletero cómo conservan las paletas durante todo el día y ya de ahí que le busquen un poquito a ver si lo logran.
Torreón, Coahuila.
Ricardo García Padilla,
