‘Se vale soñar...’
“La democracia necesita de la virtud, si no quiere ir contra todo lo que pretende defender y estimular.”
JUAN PABLO II
¿Llegará el día en nuestro país en que se practique una eficaz y libre democracia a precios razonables?
En un país con tantas diferencias, con tantos pobres y con tanta ignorancia es entendible mas no justificable que la labor de coaccionar y/o manipular a millones de votantes es sólo cuestión de billetes: que la tarjeta de dinero, que el tinaco y el bulto de cemento, que la gorra y la torta, que las promesas que nada cuestan y que toma por reales la infinidad de ingenuos y desmemoriados que sólo votan al calor de las dádivas del momento.
De otra manera no se podría comprender cómo hay estados en los que los gobernadores se cansan de cometer todo tipo de tropelías y excesos a lo largo de su mandato y el que les sigue en turno pertence nuevamente al mismo partido “elegido por una mayoría aplastante” con nexos “casualmente” con el que se fue y con el (macabro) fin de cubrirle la espalda… “te dejo, pero te haces el occiso.”
Una tercera parte de las entidades federativas de México jamás ha experimentado alternancia alguna, lo que significa que ni siquiera por simple “curiosidad” para ver cómo nos va con los otras opciones hemos sido capaces de “arriesgarnos” a algo diferente, en verdad que pecamos de tibios.
Se supone que la democracia sirve para que cada puesto lo ocupe el mejor, es decir, el más capaz, pero también el más honesto y justo, sin embargo, los electores elegimos a alguien previamente elegido por los partidos según sus criterios e intereses particulares, lo que significa que los que no tienen afiliación y pudieran ser buenos “gallos” quedan automáticamente descartados.
Por lo pronto, sería de gran beneficio para la república que se implementaran algunas medidas contundentes al respecto: limitar a máximo tres partidos la contienda electoral, abrir espacios a candidatos independientes, reducir dramáticamente el presupuesto a los partidos así como el tiempo de duración de las campañas… ah! y eliminar a los senadores y sólo dejar a un diputado por estado. Se vale soñar…
Jaime Díaz de León.