‘La Tigresa’
A mi quincena ya le digo “la tigresa”, pues cada vez la estiro más como la piel de la artista y aunque así lo hago, no se completa para tapar al menos el total de mis deudas y necesidades.
En esta sociedad donde el robo “legal”, el ilegal y el avorazado se mueven abiertamente sin que exista freno que ponga fin a tal desorden. Si no te roban con los impuestos pues te roban los que no los pagan y si no con que pagues el recibo de luz o compres el tanque del gas con eso ya formas parte de los asaltados.
A ello súmale la despensa del super que cada quincena, esto lo puedes notar cuando llegas a estantes donde los precios fueron quitados para poner los nuevos aunque la secretaría de comercio dice, como merolico en plaza pública “que no ha autorizado los aumentos.
Si la tigresa es mi quincena entonces yo seré su tigre, por aquello de que ya siempre ando con las mismas “garras”. Y esto es justificable ya que hoy te sale más barato una camisa de fuerza que una camisa común. Y qué decir de zapatos en donde ya no te duran ni siquiera las veinte quincenas en que los vas a pagar.
Pero esto a nadie importa pues ahorita es la época del consumismo, de los candidatos, la fiesta de los electores, de los publicistas y los encuestadores y del buen fin que para variar volverá a ponerse en marcha porque les fué muy bien mientras que a los tarahumaras les fué mal. Pero nosotros gastando hasta lo que no tenemos, endeudándonos y alimentando con ricas viandas a los que menos trabajan. Pagando con nuestras escasos bienes, servicios que casi nunca llegan y aplaudiendo cada seis años en las gradas del circo de la farsa y de los payasos que nos hacen reir, no con su cara, sino con sus promesas.
Ahora que Felipe Calderón decretó que los “productos milagro” pasen al control de calidad y veracidad de su efectividad habría de imponer otra regla que es la de someter a control tambien las promesas electorales, mismas que suenan a “milagro” dichas por los candidatos. Enjuiciar a quien en uso de la palabra para pedir el sufragio mienta a sus electores y por esas mañas obtenga el triunfo, que no es subrealista, como su discurso, sino tan real como la seguridad que le da el poder.
Pero en fin, hace años nos dijeron que para que el país se ubicara como una nación del primer mundo debíamos entrar a la globalización; hoy seguimos hasta abajo pero ya la globalización se llevó gran parte de nuestras creencias, cultura, educación, trabajo, religión, democracia, civismo, ideales, patriotismo; espero que aún no nos robe el valor porque entonces estaremos perdidos.
Gómez Palacio, Dgo.
Miguel Gerardo Rivera