¿Vale la pena la alternancia?
Regresaría la estabilidad, el bienestar o la seguridad a la nación si el PRI o el PRD ganaran las elecciones o provocaría un retroceso el triunfo de ambas fuerzas políticas; éstas manifiestan ser las salvadoras de la nación, los que sí saben gobernar y que acabarán con la inseguridad echando mano del Ejército y la Marina, y para crear empleo “abrirían las puertas de Pemex a la iniciativa privada y fomentarán la educación de calidad…” y otras promesas, pero antes de cruzar la boleta electoral es necesario preguntarnos: ¿en verdad son la solución o son parte del problema?
Soy un apolítico ya que mi voto lo he cruzado por uno y otro partido político, no pretendo dádivas que no sea algún proyecto que sea benéfico para mi país.
En 1988 voté por el PRD, en 1994 por el PRI, en 2000 por el PAN, en 2006 por el PRD, e inmediatamente me decepcioné una vez que el perdedor de ésta no supo entender que la democracia es lo que las mayorías decidan; su intolerancia provocó en mí una desilusión total.
Las promesas de partidos no distan de las que está aplicando el Ejecutivo aun cuando los demás partidos las han criticado en el sexenio, provocando el desgate bajo la premisa de haber sacado al Ejército de sus cuarteles, hoy salen con la propuesta de que también ellos echarían mano de esa fuerza contradiciéndose en todo lo que han estado diciendo estos años, ejemplos:
1. Han criticado la apertura de Pemex a la iniciativa privada que en el Ejecutivo promovió a través de reformas, negándose a aprobarlas bajo el argumento del patrimonio nacional; y hoy la ofrecen como la solución económica y competitiva.
2. Se han confabulado para empantanar las reformas de educación, salud, ecología y hoy nos dicen que sí se van a aprobar y mejorar.
¿En verdad vale la pena la alternancia? o al contrario, debemos seguir avanzando, fortaleciendo las actuales políticas en seguridad, haciendo de Pemex una empresa competitiva y no un banco privado de unos cuantos, buscando una reforma laboral para poder proteger tanto al trabajador, como la inversión de los empresarios y acabar con la corrupción creada por los sindicatos, que en proporción son menos los sindicalizados, que el grueso de la población trabajadora en nuestro país.
Para poder avanzar necesitamos hacer reformas estructurales de fondo, como que Pemex sea competitiva creando las condiciones para que se apliquen recursos de la iniciativa privada o convenios con otras compañías, llevar a cabo las reformas laborales donde haya un empleo digno sin dejar de tomar en cuenta al inversionista que es en sí la fuente del empleo y de esta manera no estar sometido por la corrupción de los sindicatos que ahuyentan la inversión; aprobar las reformas de educación para que sea de calidad, y que los docentes sean nuevamente mentores de la sociedad; que se dé el cambio en la reforma política para elegir candidatos ciudadanos, sin que estén adheridos a los partidos políticos y que éstos tengan un representante por estado.
Esto podría ser si la elección del representante fuera por consulta ciudadana, de esta forma los partidos nos presentarían a sus mejores prospectos para representarlos según sus estatutos logrando con éstos que tanto la Cámara de Diputados o Senadores ya sea estatal o federal, quede representada por personas que deban su elección a la sociedad y no al grupo de poder que representan, así dejarían de ser una carga financiera por la cantidad de distritos o de representación popular que hay en todo el páis; que las sesiones de diputados o senadores para aprobar reformas sean por tiempo definido, públicas y una vez que se agote éste y no se llegue a ningún acuerdo, se hagan éstas por consulta ciudadana para evitar que las reformas no se empantanen en dichas cámaras de senadores y diputados.
Ismael Esquivel.
