La danza de las encuestas
Amigas y amigos periodistas: de supermoda se han puesto de unos pocos años para acá, las “encuestas de opinión”. Tanto que junto a algunas casas encuestadoras que han logrado ganarse un lugar en la confianza de la ciudadanía han surgido otras cuyo trabajo llaman a sospecha: realizan encuestas “patito”, “cuchareadas” y/o “elaboradas al gusto del cliente”.
Como sea, el caso es que “las encuestas” relacionadas con los procesos electorales ahorita están en jauja y la llamada “clase política” y buena parte de la ciudadanía está muy pendiente de los resultados que arrojan sus números ya que de ellos depende la supuesta posición de un candidato o partido en particular en la carrera por alcanzar la meta.
Desde siempre, ustedes lo saben, las propias firmas encuestadoras han advertido que los resultados de una encuesta son sólo como una fotografía que capta el momento en que se toma y no necesariamente capta lo que va a suceder en el futuro que por muchísimas razones puede no ser la misma imagen (o resultado) de la que se acaba de tomar. Por ello hay que hacer caso a la advertencia y no caer en el error de que el candidato fulano “ya ganó porque en este momento va arriba en las encuestas”.
No nos dejemos engañar. Falta mucho camino por recorrer y en el ínter la ciudadanía se irá dando cuenta de la verdadera calidad moral y humana de cada candidato y su capacidad para resolver los graves problemas que enfrenta el país. Les envío un cordial saludo.
Ciudadano de Torreón.
Héctor Astorga,
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Impunidad
¿Cómo explicarnos el daño y robo descarado de nuestros monumentos citadinos, a los cuales se suma ahora el robo de las bancas metálicas de los parques públicos?
Es el colmo que habitantes de una ciudad recurran al robo de bienes comunales para justificar su falta de ingresos y premuras económicas; dañando, robando y traficando con otras personas de igual calaña, el fruto de “su trabajo”.
Desde tiempo atrás, los torreonenses en particular y los laguneros en general, vemos, sin hacer nada al respecto, cómo han ido resultando seriamente dañados diversos monumentos de nuestro entorno ciudadano y regional: estatuas, bustos, placas conmemorativas, ¡y ahora hasta bancas metálicas de nuestros parques y jardines!
¿Cómo explicarnos tanta impunidad de los ladrones y de sus cómplices compradores de todo lo robado; así como tanta incompetencia de nuestras diversas organizaciones policiacas?
¿Qué nuestras autoridades (así, con minúsculas) no podrán exigirle a nuestros policías que investiguen al respecto y en un plazo razonable logren resultados?, y si no, pues se vayan todos a otra parte, porque seguramente están coludidos con los delicuentes. En cualquier película o libro de detectives, casos como éstos que citamos, serían resueltos en un santiamén, pero aquí ya llevamos años viendo cómo se repiten, aumentan y agravan, ante la indiferencia general.
La protesta ciudadana debe incrementar su presión para lograr erradicar esos actos, que nos denigran como ciudadanos de “la ciudad de los esfuerzos” y habitantes de “la región que venció al desierto”.
Ciudadano de Torreón.
Iván Berrón López
