Presidente y gobernador: Más cárceles, más policías… Oigan, ¿y la prevención?
Se anuncia con regocijo la próxima puesta en operación de cárceles más sofisticadas y policías más preparados, por supuesto partidas enormes de dinero que nadie tiene empacho en cuestionar porque son para tratar de aliviar el remolino de delincuencia que nos atropella.
Triste el camino que lleva nuestra civilización, estamos produciendo más policías porque los que se produjeron hace algunos pocos años ya se corrompieron; así pues estos nuevos policías encarcelaran a sus compañeros, y luego vendrán otros mejores policías que encarcelarán a éstos o al menos lo intentarán, se harán pruebas de confianza que sustituirán a las anteriores pruebas de confianza, porque el virus de la corrupción muta antes de que lo atrapen.
Así pues cada vez producimos más delincuentes; vaya hasta exportamos delincuentes, por lo que requerimos más cárceles, más personal que los cuide, luego custodios y custodiados tendrán muchos ratos de ocio para planear, organizarse y delinquir todos en equipo.
Es imperativo que como sociedad hagamos un reposo de lo que está sucediendo, porque en el ánimo de solucionar lo inmediato estamos dejando de lado la prevención y la solución a las causas por atender los efectos.
Por que en la trayectoria social que llevamos es fácil pronosticar que vamos a un estado policiaco en donde nadie trabaje para que la economía funcione, porque todos estaremos en esta estéril y dolorosa batalla en donde no habrá cárceles suficientes y menos aún policías capaces en cantidad, calidad y sobre todo incorruptibles para detener esta lamentable avalancha de delincuencia. Que se nutre de reclutar reos, custodios, policías y sobre todo jóvenes sanos, pero ociosos que dentro de su vagancia son presa fácil de este cáncer.
Hoy más que nunca nuestra sociedad demanda espacios donde se promueva la familia sus valores, el sano esparcimiento, los deportes que canalicen la energía, el ocio de niños y jóvenes por los caminos correctos.
Qué bueno es el Ppaseo Colón, el Bosque, Fundadores y otros espacios. Pero se ven copados e insuficientes para cubrir las necesidades de esparcimiento de las familias.
Por eso es este llamado de angustia social para que el señor Presidente y el señor Gobernador le den un urgente seguimiento al proyecto del lecho seco del río Nazas.
Señores Gobernantes este proyecto marcaría su paso en la historia lagunera como verdaderos estadistas que dejaron una huella imborrable para las generaciones actuales y venideras.
Dios quiera que su corazón y su voluntad política los encamine hacia la prevención del delito, a través de bosques y deportivos, que serían como este hermoso y trascendental proyecto de verdadera prevención de la delincuencia, en el hoy triste páramo del río.
Torreón, Coahuila.
Arturo P. Salas Juárez.
