Una candidata presidencial
A propósito de las elecciones presidenciales; ningún candidato hasta ahora, ha asumido verdaderos compromisos ante la sociedad y por lo tanto, las preferencias electorales seguirán variando sólo por el efecto del marketing. Las fórmulas utilizadas son y seguirán siendo las tradicionales recomendadas por “asesores publicitarios” para cautivar la mayor cantidad de clientes y simpatizantes. Sigo esperando un candidato valiente que se atreva a mencionar en su discurso, lo que haría para combatir nuestros grandes problemas nacionales.
Me encantaría escuchar un discurso con nombres, cifras, fechas y acciones. De nada sirve prometer miles de becas educativas, si no se corrigen las estructuras administrativas de gobierno para que los recursos lleguen limpios e íntegros a quien verdaderamente los merece y los necesita; de nada sirven, si quien imparte la educación tiene grandes limitaciones y falta de conocimientos para impartir las asignaturas y las cátedras asignadas por las que recibe un ingreso y grandes beneficios de los que no está conforme y mucho menos satisfecho; de nada sirve, si la gran líder magisterial, sólo se interesa por arrebatar las jugosas y cuantiosas conquistas sindicales para beneficio propio y de sus despreciables incondicionales.
Me gustaría conocer a un candidato que se comprometa combatir a los grandes sindicatos corruptos; propiedad de sus líderes nefastos, como el Sindicato de Mineros y sobre todo: me gustaría escuchar cómo pondría un alto al flujo de dinero que gustosamente el gobierno autoriza para los sindicatos de Pemex, IMSS, CFE y otros sindicatos no menos oportunistas. Me gustaría que todos los mexicanos recibiéramos un trato justo e igualitario con las mismas oportunidades de desarrollo.
Me gustaría que algún candidato se comprometiera a cancelar los grandes beneficios que recibe cualquier empleado de gobierno, que los obligara a trabajar a la par que a cualquiera de nosotros, ajustados solamente a las “bondades” y “beneficios” que nos dicta nuestra Ley Federal de Trabajo que se supone, debería ser pareja para todos; a ajustarlos al calendario oficial de días feriados, a disfrutar un período vacacional igual y proporcional a nuestra antigüedad de trabajo, a jubilarse de acuerdo a la Ley del Seguro Social, a pagar por sus consumos de energía eléctrica y consumos del agua; a cancelarles sus gastos y seguros médicos, a que paguen sus celulares, viáticos y consumos de restaurante de su propio bolsillo.
No he tenido la oportunidad de escuchar un discurso que comprometa al candidato a resolver los grandes problemas del campo.
Es cierto que se han invertido verdaderas fortunas en “apoyos”; sin embargo, los dineros no llegan a los más necesitados, ni en tiempo ni en forma, se los quedan funcionarios ratas y sinvergüenzas que se enriquecen ilimitadamente a costillas de nuestro pueblo.
Se requiere un candidato que hable bien, que sepa de nuestras limitaciones con nombres, cifras y fechas, planes y propósitos, sobre todo: que deje de alimentar nuestra miseria con compromisos falsos que solamente abaratan el costo de los votos, un candidato que se comprometa a resolver de forma definitiva, el problema de los autos “onappafos” que ofende a la mayoría de los mexicanos.
Juan Antonio Aguilar Tello,
Ciudadano de Torreón.