Celebración de campeonato del Santos Laguna
Estos días fueron intensos: nuestro equipo hizo gala de entrega, logró un campeonato más.
Alegría sin igual, pero ¿el festejo puede ser alegría para todos? Cuestiono esto porque ¿acaso es festejo dañar los bienes ajenos?
Eso fue lo que en algunos casos vi en verdad (gente en toldos de vehículos que de detenerse en un semáforo debían tolerar las acciones vandálicas de algunos aficionados; si así se les debe llamar) y escuché a gente cercana comentar, no quiero sonar “grinch” pero acaso un festejo debe ser destructivo en estos tiempo difíciles en que la gente hace sacrificios para tener sus satisfactores, sea un coche, la pintura de su casa o su integridad física (en algunos casos).
Hago la observación porque creo que este tipo de eventos deben servir como un aliciente, un motivo de unión y alegría en toda la comunidad lagunera en estos tiempos difíciles, insisto no todos los aficionados son iguales pero mi llamado es para que mostremos más mesura y en verdad busquemos diversión sana sin que ésta sea a costa de dañar la propiedad ajena.
Heriberto Segovia.
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Manifestaciones en todo el país de alumnos
Leí con mucho interés como en distintos estados de la república algunos sectores de jóvenes se manifestaron en contra del candidato Peña Nieto; así pudiera haber sido por otro, qué bueno, que mucha falta hace. Lo importante aquí es el hecho que la juventud se está expresando y lo está haciendo muy bien y a tiempo.
Ya que habían pasado décadas, quizá desde el 68 en que, juzgo, la palabra y presencia de la juventud de México no se hacía presente, a pesar que han sucedido acontecimientos de carácter social, económico y político que lo ameritaban.
Parecía que eran víctimas, igual que muchos de nosotros adultos, de los efectos de la sociedad de consumo y de los medios masivos de comunicación que adormecen el espíritu, saboteando la voluntad y la actitud crítica.
Qué bueno y felicito a todos los jóvenes que dejan atrás ingenuidad hasta zonas cómodas y hacerse presentes como un sector representativo, vivo, que no quiere, asomándose a la conciencia histórica, que se vuelvan a repetir “los elefantes blancos”, “el pan y circo” o “los tigres de papel” que tanto dañaron al pueblo de México, inundándolo de autoritarismo, arribismo, oportunismo, nepotismo y un paternalismo asistencialista, que enmudeció palabras y voluntades.
Qué bueno que la palabra, que hoy hace eco en muchas conciencias, retumbe en cada rincón de nuestra Nación.
Fernando Mendoza,
Zapopan, Jalisco.
