Un ciudadano que votó
Los laguneros de Coahuila nos sentimos agraviados, a pesar de eso, por mayoría, aunque mínima, dimos nuestro voto al PRI. El mal quehacer político entre los tres niveles de gobierno, cuyos titulares han sido de diferentes partidos, han traído como consecuencia, una guerra donde los únicos que hemos perdido somos los laguneros. Ahora no habrá pretexto, el presidente de la república, será priista, el gobernador y el presidente municipal son priistas, entonces ahora si esperamos se puedan poner de acuerdo y saquen a la comarca lagunera de Coahuila del letargo, inseguridad y abandono en que se encuentra.
J.W.pedroza,
Comarca Lagunera
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Educación en la confianza
Se habla con frecuencia de falta de autoridad en la familia y en los centros educativos y se piensa que es la causa de los malos comportamientos y los bajos resultados escolares.
La autoridad ha de ejercerse lo menos posible, porque cada vez que se manifiesta, se expone a un desgaste. Tan negativo es no usarla cuando es preciso hacerlo como emplearla con exceso y terminar por perderla. Cuando el pequeño se acostumbra a oír a sus padres una determinada orden, terminan por no hacerle caso y hacer su voluntad. Por ejemplo, no sería educativo llamar cinco veces al niño para que se levante cuando a la última tiene suficiente tiempo para ir al colegio. Sería más propio llamarle una sola vez con el tiempo razonable y exigirle que se levante, aun a riesgo de que llegue tarde por su culpa. Si se desgasta la autoridad, cada día habrá que ejercerla más intensamente para obtener los mismos resultados y en definitiva será más difícil recuperar el terreno perdido.
No es positivo tener ante los educandos una actitud de desconfianza o recriminación constantes. Las actitudes desconfiadas por parte de los mayores hacen que el chico empiece a inventarse mentiras, como autodefensa personal.
Cuando el chico sabe lo que tiene que hacer es preferible dejarlo en libertad y hacerse el despistado sin decirle nada, dejándole un margen a su propia responsabilidad. Si le hemos dado nuestra confianza y no la utiliza razonablemente, más tarde le dolerá sinceramente habernos defraudado.
Por eso es positivo crear en la familia y en la escuela un ambiente de libertad en el que el chico se sienta a sus anchas, sin excesivos controles. No es bueno manifestar incredulidad al chico: la educación debe basarse en la confianza.
Arturo Ramo García.