Yo era 132… y ¿ahora?
Lo que sin duda se recordará en la historia acerca de las pasadas elecciones presidenciales, fue el movimiento estudiantil iniciado tras la visita del virtual ganador de la elección, entonces candidato, a la Universidad Iberoamericana Santa Fe, en la que más de 132 jóvenes estudiantes sin temor le demostraron a Enrique Peña Nieto que ellos como muchos otros jóvenes, no creemos en él, ni en lo que representa.
Tras descalificaciones por parte del partido de tal candidato, así como la indiferencia de los medios de comunicación más influyentes en las masas, los estudiantes de esta y demás universidades del Distrito Federal se organizaron en contra de la desinformación, manipulación de los medios y en contra de los intereses detrás del personaje “Peña Nieto”, tomando el nombre de “Yo soy 132” (Gramaticalmente incorrecto nombrado en medios escritos como #YoSoy132, esta es sólo una herramienta de Twitter para englobar un solo tema, conocido como Hashtag).
Ahora, pasado el primero de julio se puede decir que ellos cambiaron el rumbo de las elecciones, mas no, del resultado. Esto es determinante ya que este movimiento, asociado aunque negado, con las izquierdas mexicanas, está determinada a seguir a Andrés Manuel López Obrador en su lucha anti “fraude”, lo que pone en riesgo el futuro del movimiento, pues no surgieron como un grupo revolucionario, estilo Zapatistas o Villistas, surgieron por los objetivos de Información libre, democratización de los medios, a los que se podrá llegar pronto si resaltamos los dos grandes logros de “Yo soy 132” hasta el momento:
1.Debate libre y de cara a estudiantes. Reunieron a tres de los cuatro candidatos a la Presidencia de la República para que “enfrentaran” sus ideas y que, sin un guión prescrito, respondieran a los votantes.
2.Mayor número de observadores electorales. Nunca antes los jóvenes se interesaron tanto en participar en la política. Cuando su servidor era menor de edad, era difícil discutir con amigos y compañeros temas políticos porque no les interesaba. Ahora gracias a este interés y vigilancia se detectaron los múltiples delitos electorales cometidos por el Partido Revolucionario Institucional (en el entendido que, entre delito electoral y fraude, hay una diferencia abismal).
Si los integrantes del movimiento “Yo Soy 132”, demuestran madurez ante la derrota electoral, deberán neutralizar su energía y efervescencia para que el interés en la política, por parte de los próximos jóvenes votantes crezca, para crear generaciones no manipulables y que se realice de manera común y obligatoria, los debates sin guion frente a estudiantes y los suficientes observadores electorales que al fin frenen las acciones priístas.
De ellos depende mantener viva la Juventud Democrática y no terminar diciendo: Yo era 132…
Jarim Flores,
Torreón, Coahuila.
