Olimpiadas Londres 2012
Apenas arrancan y el primer récord se rompió. Lo hizo el anfitrión. Es el único país que lo ha organizado en tres ocasiones: 1908, 1948 y 2012.
Es digno de admirar las hazañas de los británicos, en medio de la revolución industrial, organizaron sus primeros Juegos; los segundos vinieron después de la peor guerra y desastre mundial; hoy lo hacen bajo la más severa crisis europea.
En México ya tuvimos el gran honor, en el represivo año de 1968. Por cierto, son los Juegos en los que más condecoraciones hemos ganado: nueve.
Hoy, como siempre, tenemos esperanzas en obtener más medallas que las ganadas en clavados, tiro con arco; posiblemente llegue una en taekwondo, así mismo, esperamos un galardón en futbol.
Estoy seguro que los atletas de la delegación mexicana a pesar de todo y más por su voluntad, fuerza y coraje, hacen un papel digno, por lo que no descarto que nos den la alegría de gozar con sus triunfos.
Digo a pesar de todo porque es de conocimiento general, el poco apoyo de los tres órdenes de gobierno y la Conade. Ambos, sumergidos en la guerra por el poder: sin un plan, ni políticas claras de apoyo al deporte.
Incluso, en contra de un gran número de mexicanos que basan sus esperanzas, lamentablemente, más en lo que dejen de hacer los rivales que lo que haga la escudería mexicana, en lugar de confiar en nuestros compatriotas. Desafortunadamente hay razones para pensar de esta manera.
En las últimas 18 olimpiadas en que hemos participado, tenemos un total de 54 medallas; un promedio de 3 por evento. Nuestro mejor récord es el obtenido en las olimpiadas celebradas en nuestro país: 3 de oro, 3 de plata y 3 de bronce.
Todos sabemos que las comparaciones son odiosas, pero a la vez necesarias. Siempre son un buen rasero para saber dónde estamos ubicados. Por lo que hay que compararnos con los mejores, de lo contrario, sería muy triste ser el mejor entre los peores.
Por lo tanto, estamos lejos de el número uno: Estados Unidos de América. Su récord es de mil 627 medallas, acumuladas en sus últimas 18 participaciones. Promediando 90 insignias por evento. Su máximo, fue de 174, durante los Juegos en Los Ángeles 1984. Con un agravante, la URSS, Alemania Oriental, Bulgaria, Cuba y otras diez naciones, no participaron en esa ocasión como respuesta al desaire de EUA a los Juegos de Moscú 1980.
Pero para no sentirnos más pesimistas de lo que nuestra idiosincrasia ya nos tiene, veamos un país “más pobre y con más limitantes” que nuestro país: Cuba.
Con cinco participaciones menos que México en Juegos Olímpicos, en el mismo periodo 1932-2008; Cuba, tiene un récord de 177 condecoraciones, con un promedio de 16, y un máximo de 31 galardones obtenidos en Barcelona 1992.
Como lo podemos apreciar, estamos a 30 veces de nuestro vecino del norte y 6 de Cuba. Estados Unidos en la mayoría de las ocasiones termina en primer lugar; Cuba figura dentro de los primeros 10 lugares; México se ubica generalmente después del quincuagésimo lugar.
La explicación es sencilla, nuestro gobierno y nosotros mismos no le damos la importancia que se merece al deporte. ¿Cómo podemos explicar que somos una de las 20 mejores economías del mundo y estar en el lugar 50 ó 60 en el deporte olímpico?
Mientras no le pongamos atención al deporte, y no cambiemos nuestra forma pesimista de pensar, esperando triunfar no por nuestros méritos, aptitudes, disciplina, sacrificio y esfuerzo, sino por tener la esperanza, de que a nuestros rivales les suceda una desgracia que nos permita alzarnos con el triunfo.
Es tiempo de confiar en nosotros mismos, es tiempo de exigir a nuestras autoridades dejar a un lado los discursos demagógicos y apostarle al deporte como parte de la solución integral a la inseguridad, violencia y adicciones que hoy nos agobia.
Jesús Gerardo Puentes Balderas,
Torreón, Coahuila.