División manifiesta
Algunas veces hemos escuchado de los políticos frases como ... “no son tiempos de división, sino de multiplicación” o esta que dice... “no vamos a restar, mejor sumemos”; pero a la vista del pasado proceso lectoral se hizo todo lo contrario; por un lado dividieron la opinión del electorado al poner en la jugada a dos candidatos que no pintaban para el puesto más austero del Gobierno Federal: Josefina Vázquez y Gabriel Quadri; segundo, ambos con trayectorias grises; tercero, los dos con padrinos poderosos que pactaron en lo oscurito con el PRI para como en las peleas arregladas de box se cayeran en el tercer asalto y sin ser golpeados, pero que luego serían recompensados como es el caso de la dama con la comisión electoral en el PAN nacional y el segundo con la llegada de uno de sus hijos al Congreso. Fox también ya recibió un adelanto por sus “atinadas predicciones” y un hijo de... Marta Sahagún también cobrará en la nómina del gobierno.
Pero al final el objetivo se logró: dividir al electorado para que así el PRI llegara a ser otra vez gobierno con tan sólo dieciocho millones de votos de setenta y uno y medio del total de los electores del padrón actual.
Sin duda eso le da el triunfo pues hubo veintidós y medio millones de electores que no votaron por ninguno; es decir que ni siquiera fueron a las urnas y si a eso le sumamos los votos por Josefina, Quadri y el Peje, entonces cincuenta y tres millones y medio de electores no votaron por Peña Nieto. Pero aún así ganaron.
Si en México existiera segunda vuelta electoral ahorita no hubiera aún un ganador pues los más altos porcentajes en la primera vuelta tendrían que volver a competir entre ellos lo que sumaría, de los dos perdedores restantes, electores al “A” y al “B” y no se desecharían los votos como actualmente sucede pues ¿de qué nos sirven ahorita los votos de Quadri y Josefina?
Habría más ánimo y algunos de los abstencionistas romperían su silencio y participarían y hasta que no hubiera un solo ganador con el cincuenta por ciento más uno de los electores se declararía triunfador; otra medida sería aplicar la ley como en el Perú donde el votar es obligatorio y motivo de sanción su omisión. Concluyendo: divide y vencerás, resta y ganarás, contrario al modelo de la frase original.
Si ganó el PRI, con las viejas o nuevas prácticas marrulleras que le estilan, ni modo, ojalá que esta lección de nuestra división la hayamos aprendido pues aunque somos más de la mitad los que no estamos de acuerdo con su triunfo, estamos divididos y así nunca pasará nada extraordinario en este país; al sistema político así conviene.
En breve veremos un gobierno que buscará consolidarse con acciones populistas, con el control total de los medios para que se nos diga sólo lo que al presidente vista y fortalezca ante los ojos de esos cincuenta y tres millones; no puede gobernar tan fríamente con esto en contra y con la cuota que deberá pagarle al PVEM, ante sus colegas internacionales se ve débil; no arrolló, no convenció y eso no es buena señal.
Si compró o no los votos, jamás lo sabremos, pero la responsabilidad también es de aquellos que en su necesidad de móndrigos doscientos pesos lo hicieron, son tan culpables del enojo y la molestia de gran parte de la sociedad como lo es para aquellos que no votaron; ambos son responsables de lo que pasará en los próximos seis años.
Hoy debemos de autoanalizarnos si nuestra oposición es a Peña Nieto o a lo que representa; si es a lo primero pues algo bueno ha de tener, pero si es lo segundo, entonces no habrá mucho de dónde escoger.
Impugnaciones irán y vendrán, pero el IFE y Calderón ya dieron por hecho su triunfo, ambos también llevan una ganancia implícita y la experiencia nos ha enseñado que hasta el momento ninguna institución en México se ha enfrentado al Presidente, y mucho menos que le gane.
Por cierto, auguro que el desempleo aumentará pues a partir de enero de 2013 muchos funcionarios del PRI y PAN así como sus allegados perderán la chamba; ya ven que ahora el PRI tendrá que acomodar también a los del Partido Verde que le ayudaron a ganar; pero no se enojen pues con los vales de medicinas y la suspensión de las cuotas en las escuelas seguramente su sueldo de empleados de gobierno, que volverán a tener, sí les va a alcanzar.
Miguel Gerardo Rivera,
Gómez Palacio, Durango.
